La película muestra de manera realista la vida en el mar en 1820, con una gran recreación de Nantucket donde la mayoría de los hombres se dedicaban a la caza de ballenas pues el aceite que se producía con ellas era muy cotizado.
La película nos pone en la piel del primer oficial del Essex, Owen Chase (Chris Hemsworth) y del capitán del barco George Pollard (Benjamin Walker) dos hombres muy distintos, enfrentados por el ego y la ambición personal, forzados al borde de la locura después de encontrarse con una ballena blanca de tamaño colosal que tras hundir el barco no dará tregua alguna a los tripulantes supervivientes haciendo que cometan actos atroces para poder sobrevivir.
La ambientación es sobresaliente, con una fotografía realmente fantástica y unos efectos especiales muy logrados. Acompaña también una buena partitura de Roque Baños que poco a poco se va ganando su sitio en hollywood.
No obstante y donde más se resiente la película es en su reparto, no por desacertado sino por la poca empatia que el espectador desarrolla por los personajes y es que salvo los de Hemsworth,Walker y Tom Holland no llegas a interesarte por ninguno y en muchos casos resultan desaprovechados como en el caso del interpretado por Cillian Murphy.

No obstante y pese a sus fallos la película es puro entretenimiento y deja ese buen sabor de boca del cine de aventuras de antaño.