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Voto de jastarloa:
6
Cine negro. Thriller Los Ángeles, años 1947. Tras el hallazgo en un solar del cadáver descuartizado de una mujer joven, el médico forense dictamina que, antes de morir, fue torturada durante días. Un periodista bautiza a la víctima como "La Dalia Negra" por su manera de vestir. Dos policías, Bucky Bleichert (Josh Hartnett) y Lee Blanchard (Aaron Eckhart), amigos y antiguos boxeadores se encargan del caso. Ambos además tienen otra cosa en común: están ... [+]
25 de agosto de 2007
29 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
El estilo telegráfico y áspero de James Ellroy, como muchas veces se ha dicho, está siempre al servicio de sus historias, pesimistas, turbias, sórdidas. El estilo narrativo de De Palma tiende a ser muy diferente; él prefiere usar cámaras lentas y zooms pausados, alargar las escenas tensas (¿recuerdan la redada de 'Los intocables de E.N.'?). No digo que sea incompatible con el género negro policíaco —más bien todo lo contrario—, pero lo que tengo muy claro es que De Palma siempre ha sido irregular. No sé por qué ni si él mismo conocerá las razones, pero lo que en algunas de sus películas funciona a la perfección, en otras falla. Y aquí falla, a mi juicio, y voy a intentar explicar los porqués.

• Toda historia de Ellroy ha de ser correctamente presentada, sin prisas pero sin alargarse tanto (las tijeras se podrían meter en el combate, en el baile y en todo lo referente al padre del protagonista), para luego tomar ese ritmo endiablado que tan bien supo respetar y aprovechar Curtis Hanson en 'L.A. Confidential' y que aquí tan sólo se alcanza en los quince minutos finales previos al lamentable desenlace. ("Estilo telegráfico", ¿recuerdan? Si es que no hace falta centrarse en detalles porque el trasfondo del material de Ellroy ya tiene peso por sí mismo. Como mucho, tirar de voz en off, y un poco más viva que la de Hartnett, a poder ser.)
• Otra característica de este escritor es su oscuro sentido del humor. No tengo inconveniente en que se prescinda de él, pero respetarlo también puede ser un acierto, siempre y cuando no se confundan las cosas y se pretenda retratar a los secundarios (casi siempre los reaccionarios en sus novelas) de forma tan caricaturesca como aquí (una Fiona Shaw sobreactuada, un Ian McNeice sudoroso, un Fatso-Fasano más hortera que el pijama de Tino Casal...) Curiosamente, mi escena favorita es la desternillante cena con la adinerada familia Linscott.
• Los actores están demasiado fríos. Hartnett a veces parece un robot que se limita a apretar los ojitos para salir guapete, aunque se esfuerza; Swank lo intenta pero finalmente no cuela como mujer irresistible (¿problema de su físico, quizás?); Johansson está distante. A la relación de amistad entre Bleichert y Blanchard le falta algo. Había muchas más posibilidades que explorar en la misteriosa obsesión de Blanchard con el caso.
• Finalmente, el final —valga la "redunzonfia"—. No hace falta decir que tanto tirabuzón en el hilo argumental es ridículo y cargante.

Por lo demás, correcta, como ya han dicho muchos otros antes que yo.
jastarloa
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