Haz click aquí para copiar la URL
Voto de jastarloa:
8
Drama Robert Leffingwell es el candidato del Presidente de los Estados Unidos para ocupar la secretaría de Estado, pero antes debe someterse a una investigación del Senado, que decidirá si es la persona idónea para un cargo de tanta responsabilidad. Al frente del comité de investigación está el idealista senador Brig Anderson, que descubre que en su juventud Leffingwell estuvo vinculado a una organización comunista. (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2005
50 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo está muy bien pensado y no les ha temblado el pulso al ambientar esta autocrítica en el país que presume de ser arquetipo de democracia.

No pretende ser moralizante ni desprestigiar el modelo político de los EEUU, por mucho que algunos se empeñen en ver lo contrario. En ningún momento se apoya al comunismo, ni a las dictaduras, ni a otros regímenes o doctrinas políticas.
"Simplemente" se trata de humanizar a esos personajes como el presidente, los senadores, el secretario de estado y demás altos cargos; se trata de desmitificarlos (en Estados Unidos no es como en España, allí se le tiene mucho respeto, al menos en público, incluso dentro de la oposición), no de desprestigiarlos. Ni todos son asesinos –aunque alguno hay, como siempre– ni ninguno es la persona íntegra que debería ser. Todos se verán obligados a mentir por unas u otras razones, bien porque son unos mentirosos natos, o porque tienen que proteger a otras personas muy allegadas, o porque son amenazados, o porque creen firmemente que lo mejor para el país es lo que ellos piensan –lamentablemente, esto no aleja demasiado a algunos de lo que comúnmente se entiende por dictador–.

Me ha encantado el guión y su narración, diáfanos donde los haya. Esta no es de esas intrigas políticas en las que salen a relucir cien mil nombres y en ningún momento se aclara bien el papel que desempeña cada uno en la trama. Todo queda bien atado al final.

En cuanto a los actores, Laughton es uno estupendo que nació para interpretar a ese tipo de personajes poderosos, sin demasiados escrúpulos y meticulosos hasta el punto de infundir miedo en sus adversarios. En esta ocasión me recuerda a su Gracchus (pronunciado "Graco" en el doblaje español) de "Espartaco".
Fonda también vuelve a recordarme al papel de hombre bastante coherente que ya interpretara en "Doce hombres sin piedad". Aunque esta vez a su personaje las cosas no le salen como esperaba.
El resto de secundarios, menos famosos, también están fantásticos.
jastarloa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow