Película rara donde las haya, a medio camino entre la ficción, el documental, el homenaje y el recopilatorio.
Su interés radica en una banda sonora inolvidable y en unos cuantos puntos realmente graciosos (la actuación en el bar de camioneros, los geos-autómatas, los parroquianos de James Brown, etc.), pero también es cierto que hay momentos sin gracia (sobre todo las flipadas persecuciones, alargadas y enredadas hasta aburrir) y que su interés cinematográfico es escaso.

Lo cierto es que me animó a descubrir, hace ya unos años, el mundo del rhythm and blues, del soul, del funk y demás música que sólo los negros saben hacer bien, así que tengo mucho que agradecerle en este aspecto.