En "Skyfall" nos encontramos ante un Bond crepuscular, un Bond roto y cansado, uno por el que han pasado ya años desde que lo viéramos joven y vigoroso en aquel Casino Royale de Montenegro. Puede que sólo 6 años desde el arranque de su era parezcan prontos para mostrarle ya viejo, pero siendo su tercera entrega y justificándose en la trama todo encaja a la perfección.

Arrancando con una secuencia de acción espectacular, pasando por los hipnóticos créditos a cargo de Adele, la película es una joya dentro de la saga tal y como se la conocía, elevándola por encima de la media y permitiendo a Bond llegar a cotas más altas de emoción y suspense. Nos permite incluso profundizar en su pasado, en quién es él y por qué cree como cree. Casa a la perfección con el Bond visto en Casino Royale y termina de bordar su historia.

Su desenlace emocional y apropiado termina de ubicar a la película como un perfecto entretenimiento en el cine comercial en general y como una gran película de James Bond que nadie debería perderse sea seguidor/a del personaje o no. Es mucho más que una simple película Bond. Puede que eso mosquee a algunas personas, pero a mí me encanta.