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Voto de The Luiser Spaceman:
6
6,7
16.671
Drama
Mike Waters (River Phoenix) y Scott Favor (Keanu Reeves) son dos jóvenes chaperos que se ganan la vida prostituyéndose en las calles de Portland. Mike tiene una extraña enfermedad llamada narcolepsia, que le provoca un sueño repentino y profundo en cualquier parte. (FILMAFFINITY)
16 de diciembre de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante y extraña revisión de la célebre serie de animación "Marco, de los Apeninos a los andes" realizada por el interesante y extraño director Gus Van Sant. Dicen también que confluyen en esta película aspectos de una película de Orson Welles que a su vez se inspiraba en “Henri IV” de Shakespeare, de un libro y yo que sé más.
En mi opinión, olvidan una influencia más que clara: “Marco”, cuyo argumento es manipulado con ingenio por Van Sant en una película “indie”, que parece ser ya está considerada como referente de culto en el celuloide. El cambio atañe a todo en general, todo está más modernizado y urbanizado, todo es más “Indie”: la aventura de Marco ya no transcurre en la tierna infancia, ahora el niño es un joven post-adolescente que no llega a 21, tierno e ingenuo como de niño, sólo que ya se reconoce claramente homosexual, y que ha ideado una forma de subsistir que no aleja de su búsqueda primordial: Prostituirse. Viajando en carretera avanza y trabaja con una alternancia perfecta. Pero como la cosa es que la búsqueda sea chunga de cojones, Van Sant encuentra una innovadora y fascinante idea: Marco tiene narcolepsia, por lo tanto en el momento más inesperado cae al suelo cual bella durmiente. El personaje del Mono Amedio ha sido sustituido por Keanu Reeves, que queda más indie con esas pintas, pero que es igual de mono.
Ahora al lío: ¿vale la pena acompañar a este Marco “indie” en su travesía?
PUES NO ES QUE SEA MALA película, pero tampoco es una experiencia muy placentera, es más frustrante que otra cosa en su desarrollo, pese a algunos momentos buenos, que finalmente no la salvan, por varias razones: el término “unidad narrativa” y Mi Idaho privado son totalmente opuestos. Falla en no centrarse en su historia y profundizar en ella, falla en no exprimir (ni encajar) el cacao de de ideas híper-atractivo y muy interesante del que dispone: Una road movie sobre dos jóvenes chaperos, en busca de la madre de uno de ellos y el otro en un acto de rebeldía juvenil… con lo de la narcolepsia y tal, imaginaba una travesía plagada de incidentes, dura y dramática… Imaginaba, pero lo que ofrece es muy distinto, y además poco satisfactorio: Una narración de estructura innecesariamente caprichosa e inconcreta (personajes y situaciones que no viene a cuento, regodeo innecesario en cosas concretas), que aborda los temas de la homosexualidad, la prostitución, las drogas, el lado traumático de las relaciones padres-hijos más turbias, para desembocar claramente en un mensaje sobre el camino de la vida y la búsqueda de lo que manda nuestro interior, de nosotros mismos... SIGUE EN SPOILER.
En mi opinión, olvidan una influencia más que clara: “Marco”, cuyo argumento es manipulado con ingenio por Van Sant en una película “indie”, que parece ser ya está considerada como referente de culto en el celuloide. El cambio atañe a todo en general, todo está más modernizado y urbanizado, todo es más “Indie”: la aventura de Marco ya no transcurre en la tierna infancia, ahora el niño es un joven post-adolescente que no llega a 21, tierno e ingenuo como de niño, sólo que ya se reconoce claramente homosexual, y que ha ideado una forma de subsistir que no aleja de su búsqueda primordial: Prostituirse. Viajando en carretera avanza y trabaja con una alternancia perfecta. Pero como la cosa es que la búsqueda sea chunga de cojones, Van Sant encuentra una innovadora y fascinante idea: Marco tiene narcolepsia, por lo tanto en el momento más inesperado cae al suelo cual bella durmiente. El personaje del Mono Amedio ha sido sustituido por Keanu Reeves, que queda más indie con esas pintas, pero que es igual de mono.
Ahora al lío: ¿vale la pena acompañar a este Marco “indie” en su travesía?
PUES NO ES QUE SEA MALA película, pero tampoco es una experiencia muy placentera, es más frustrante que otra cosa en su desarrollo, pese a algunos momentos buenos, que finalmente no la salvan, por varias razones: el término “unidad narrativa” y Mi Idaho privado son totalmente opuestos. Falla en no centrarse en su historia y profundizar en ella, falla en no exprimir (ni encajar) el cacao de de ideas híper-atractivo y muy interesante del que dispone: Una road movie sobre dos jóvenes chaperos, en busca de la madre de uno de ellos y el otro en un acto de rebeldía juvenil… con lo de la narcolepsia y tal, imaginaba una travesía plagada de incidentes, dura y dramática… Imaginaba, pero lo que ofrece es muy distinto, y además poco satisfactorio: Una narración de estructura innecesariamente caprichosa e inconcreta (personajes y situaciones que no viene a cuento, regodeo innecesario en cosas concretas), que aborda los temas de la homosexualidad, la prostitución, las drogas, el lado traumático de las relaciones padres-hijos más turbias, para desembocar claramente en un mensaje sobre el camino de la vida y la búsqueda de lo que manda nuestro interior, de nosotros mismos... SIGUE EN SPOILER.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El mensaje no está mal, pero la película en conjunto no provoca implicación de ningún tipo, resulta fría, distante, sin verdadera contundencia y no es capaz de remover prácticamente nada dentro. Eso es porque la dirección, talentosa y de personal creatividad, aunque tiene ciertos posos poéticos y hasta oníricos sobre una base realista, de “calle indie”, es más plana que profunda, no totalmente plana, pero de hondura leve e inconcreta, dispersa. Habla de cosas sin dotarlas antes de sustento palpable (y eso también le pasa a la célebre escena de la hoguera, pues ¿dónde nace el sentimiento que se confesa? sólo se dice, pero no se construye).
En conclusión está interesante para ver dada la variedad de temas que aborda (aunque no queden bien encajados), algunas buenos momentos sueltos, algún simbolismo y recurso narrativo original y por la magnífica interpretación de River Phoenix (la primera que le veo, por fin), de gran naturalidad y matizada sensibilidad, que unida a la caracterización que el guión hace de su personaje, convierte a Mike en un personaje para recordar, por ser el único (sí, el único), de verdadero calado.
En conclusión está interesante para ver dada la variedad de temas que aborda (aunque no queden bien encajados), algunas buenos momentos sueltos, algún simbolismo y recurso narrativo original y por la magnífica interpretación de River Phoenix (la primera que le veo, por fin), de gran naturalidad y matizada sensibilidad, que unida a la caracterización que el guión hace de su personaje, convierte a Mike en un personaje para recordar, por ser el único (sí, el único), de verdadero calado.