Dirección efectiva y espectacular, actorazo de lujo (Bana tampoco lo hizo mal), secundarios dignos... y sin embargo a la película le faltan sorpresas e ira. Paradójico teniendo en cuenta que estamos hablando de un icono mismo de la ira. Esa contención que practica Norton parece que traspasó la ficción hasta hacerse realidad ya que me parece bastante calmadita en cuanto a su carácter, entreteniéndose de más en esas gracietas, bastante innecesarias (la de la cama tiene su aquel), y unas peripecias bastante limitadas en cuanto a capacidad sorpresiva o intrigante.
El resultado es una película de acción corrientita y con toda la brutalidad de la masa verde. Tiene solamente el mínimo indispensable de tensión para que no te entre sueño (el misterio del señor Azul, la carrera por las favelas), a lo que ayuda también una vaga sensación de seriedad en cuanto a personajes; me llegué a creer a la Tyler y sus sentimientos que van más allá del cuerpo mastodóntico de Hulk. Eso sí, nada transmite su relación con su padre, ni tampoco llega a conectarte con el tormento interior que experimenta Banner, algo que sí hacía la versión anterior de Ang Lee. Esta sólo la aventaja en ritmo y espectáculo, que a decir verdad es lo que uno espera de Hulk, espectáculo forzudo, y es lo que vas encontrar, a mi lado más palomitero le resulta impagable todavía el duelo final entre Hulk y el ídolo de los anabolizantes gamma que es el enemigo final.