Cuatro años más tarde, el Caballero Oscuro vuelve a la carga. Ya no está el supervillano Jocker, pero aparece en su lugar un gigantón con un hocico metálico que le da un aspecto siniestro. Por otro lado aparece una chica misteriosa a la que da también por andar por lo tejados. Batman se ha retirado, tras ser presentado a la ciudadanía como malvado, y aparece en unas extrañas tierras con tintes orientales, tibetanos o así. No se entiende mucho hasta que no se ve la primera película de la serie, donde se explica el origen del héroe. En esta entrega es donde más se toca el tema de la humanidad doliente del héroe, que tiene que enfrentarse a dolores físicos y anícos hasta el borde de la desesperación. La segunda parte de la película se centra en la aventura de acción y suspense más convencional. Y es que con estos metrajes tan maxi, hay tiempo para todo.