Tres historias que sin embargo no enganchan con la misma intensidad la atención del espectador.

Partiendo de una primera historia titulada "Octavio y Susana", con claras influencias Tarantinianas, y más en concreto de su magnánima "Reservoir Dogs", es ésta sin duda la historia que finalmente se lleva el gato al agua, por fuerza, por interpretaciones, y por una brillante e impactante puesta en escena.

Destaco sobremanera la poderosas interpretaciones tanto de Gael García Bernal en su papel Octavio, como de Vanessa Bauche haciendo de Susana, la sufrida esposa de Ramiro (espléndido en mi opinión Marco Pérez), el hermano mayor de Octavio.

Una segunda historia titulada "Valeria y Daniel", sin duda la más floja y con lejanas reminiscencias del maestro Poe y sus magistrales narraciones extraordinarias en los relatos del "Gato Negro" y "El corazón delator", divaga finalmente por entresijos vanales que terminan por relajar un poco la atención del espectador, si bien las interpretaciones siguen siendo convincentes, en este caso entre una modelo española, Valeria (correcta Goya Toledo) y Daniel (Álvaro Guerrero) un publicista con una doble vida.

Y por último una tercera historia que recupera el interés inicial titulada "Vicho y Norma", la más densa e interesante de las tres historias, si bien en el cómputo general por detrás de la primera, fundamentalmente por el efecto de sorpresa inicial de aquella.

La historia de varias vidas usando como nexo de unión a tres perros de nombres tan dispares como; Cofi, un poderoso rotweiler dedicado a las peleas de perros en la primera historia como medio de sustento del ser humano, Richi un gracioso perro de aguas con algún que otro problema con el entablado de una habitación, como mascota fetiche en la segunda historia,y una jauría de perros en la última y más conmovedora historia, siempre tras los pasos del revolucionario vagabundo.