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Voto de burton:
35.766
Drama
Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la ... [+]
22 de octubre de 2006
21 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un paseo por la época medieval en Suecia con temas tan anacrónicos en la historia de ese país como las reflexiones existencialistas del filósofo y teólogo decimonónico Søren Kierkegaard tan en boga durante la decáda de los 50 en el siglo XX con el movimiento existencialista..., o el tema de las autoflagelaciones cristianas, inexistentes en Suecia durante la época medieval...
Bergman rompió moldes con esta nueva obra maestra, sobre todo tras ganar el premio especial del jurado en Cannes en aquel año de 1956, que también viera la luz otra operaza como "Fresas Salvajes"...
Bergman aprovecha varias ideas como la época medieval con toda su imaginería santoral y profana, para pergeñar la justa excusa que diera rienda suelta a todas sus preocupaciones existencialistas tan Kierkegaardianas como la muerte y el sentido de la vida, y con una simbología tan poderosa y efectista como una partida de ajedrez entre un alma enjuiciada y la muerte...idea ésta que Bergman tomó prestada de la pintura del 1480 del pintor escandinavo Albertus Pictor que podemos encontrar en Täby, al norte de Estocolmo y que representa al diablo en forma de esqueleto jugando una partida de ajedrez...o una bruja acusada de pactar con el diablo y portar la peste a punto de ser quemada...
Así mismo Bergman tomó prestado partes del libro de la revelación o Apocalipsis de San Juan, capítulo 8 versículo 1 como obertura y cierre de su obra...
Con una expresionista fotografía en blanco y negro a cargo de su colaborador Gunnar Fischer, y una sobrecogedora y turbadora banda sonora a cargo de Erik Nordgren, Bergman nos sumerge de nuevo en su particular universo de arte, mezcla de surrealismo y expresionismo que tiene el don de maravillar a todo aquel que caiga en la tentación, con una hondura psicológica y un contenido lleno de sesudas reflexiones existencialistas...
Un joven Max Von Sydow (Antonius Block) inspira con su anguloso rostro la gravedad y la solemnidad de los acontecimientos descritos, y su desencantado y socarrón esbirro, protagonizado por Gunnar Björnstrand (Juan) sirve para rebatir sus ideas y entablar así una interesante conversación sobre el sentido y siginificado de la vida y la muerte(la existencia)...
En medio la muerte de tez cadavérica, enfundada en su manto negro (Bengt Ekerot) concede una prórroga a nuestra existencia...
E S P E C T A C U L A R.
Bergman rompió moldes con esta nueva obra maestra, sobre todo tras ganar el premio especial del jurado en Cannes en aquel año de 1956, que también viera la luz otra operaza como "Fresas Salvajes"...
Bergman aprovecha varias ideas como la época medieval con toda su imaginería santoral y profana, para pergeñar la justa excusa que diera rienda suelta a todas sus preocupaciones existencialistas tan Kierkegaardianas como la muerte y el sentido de la vida, y con una simbología tan poderosa y efectista como una partida de ajedrez entre un alma enjuiciada y la muerte...idea ésta que Bergman tomó prestada de la pintura del 1480 del pintor escandinavo Albertus Pictor que podemos encontrar en Täby, al norte de Estocolmo y que representa al diablo en forma de esqueleto jugando una partida de ajedrez...o una bruja acusada de pactar con el diablo y portar la peste a punto de ser quemada...
Así mismo Bergman tomó prestado partes del libro de la revelación o Apocalipsis de San Juan, capítulo 8 versículo 1 como obertura y cierre de su obra...
Con una expresionista fotografía en blanco y negro a cargo de su colaborador Gunnar Fischer, y una sobrecogedora y turbadora banda sonora a cargo de Erik Nordgren, Bergman nos sumerge de nuevo en su particular universo de arte, mezcla de surrealismo y expresionismo que tiene el don de maravillar a todo aquel que caiga en la tentación, con una hondura psicológica y un contenido lleno de sesudas reflexiones existencialistas...
Un joven Max Von Sydow (Antonius Block) inspira con su anguloso rostro la gravedad y la solemnidad de los acontecimientos descritos, y su desencantado y socarrón esbirro, protagonizado por Gunnar Björnstrand (Juan) sirve para rebatir sus ideas y entablar así una interesante conversación sobre el sentido y siginificado de la vida y la muerte(la existencia)...
En medio la muerte de tez cadavérica, enfundada en su manto negro (Bengt Ekerot) concede una prórroga a nuestra existencia...
E S P E C T A C U L A R.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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