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Voto de burton:
10
8,1
43.569
Drama
A finales del siglo XIX, el doctor Frederick Treves descubre en un circo a un hombre llamado John Merrick. Se trata de un ciudadano británico con la cabeza monstruosamente deformada, que vive en una situación de constante humillación y sufrimiento al ser exhibido diariamente como una atracción de feria. (FILMAFFINITY)
5 de agosto de 2006
121 de 138 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta espléndida obra maestra de Lynch, basada en dos relatos sobre la leyenda de John Merrick; "El hombre elefante y otras reminiscencias" de sir Frederick Treves y "El hombre elefante: un estudio sobre la dignidad humana" de Ashley Montagu, podemos apreciar ciertas similitudes con otras obras, tipo "Oliver Twist" de David Lean, "La parada de los monstruos" de Tod Browning o "Cabeza borradora" del propio Lynch.
Y particularmente esta obra guarda bastantes similitudes intencionales en cuanto a la temática principal que Lynch quiso dejar constancia con su ópera prima "Cabeza borradora"; esto es, el choque de culturas transicionales que supusieron el paso de la tradicional idiosioncrasia victoriana decimonónica, a una sociedad industrial contaminante y tremendamente cruel, carente de compasión e inmisericorde...
Con una fotografía algo más que brillante (Freddie Francis) y una banda sonora nostálgica y meláncolica a cargo de John Morris, esta brumosa, dickensiana y tenebrista película, llena de sugerentes claroscuros y conmovedores planos maestros, evoca las grandes películas de siempre, con cierto regusto a clásico añejo pero muy bien conservado...
Como dice el señor Bytes (una especie de personaje dickensiano tipo Fagin) el show de la vida continúa, las corrientes de aire siguen azuzando nuestras banales existencias...
Lo que sí es cierto es que una vez hayas visto esta portentosa película, jamás la olvidarás ni dejarás de conmoverte al recordarla, del personaje de John Merrick(magníficamente interpretado bajo una espesa capa de maquillaje por John Hurt) maltratado por la vida que le tocó vivir, hasta el momento en que conoció al doctor Freddie Treves (Anthony Hopkins en una de sus mejores interpretaciones de su carrera)...
...Aquella obra suya, la catedral de Saint Phillips que Merrick recreó con cartones de la basura del London Hospital, mientras sonaba el adagio para cuerdas de Samuel Barber tocado por la filarmónica de Londres dirigida por John Morris, y mientras Merrick se disponía a acostarse en la cama como lo hacía la gente normal...
M A R A V I L L O S A.
Y particularmente esta obra guarda bastantes similitudes intencionales en cuanto a la temática principal que Lynch quiso dejar constancia con su ópera prima "Cabeza borradora"; esto es, el choque de culturas transicionales que supusieron el paso de la tradicional idiosioncrasia victoriana decimonónica, a una sociedad industrial contaminante y tremendamente cruel, carente de compasión e inmisericorde...
Con una fotografía algo más que brillante (Freddie Francis) y una banda sonora nostálgica y meláncolica a cargo de John Morris, esta brumosa, dickensiana y tenebrista película, llena de sugerentes claroscuros y conmovedores planos maestros, evoca las grandes películas de siempre, con cierto regusto a clásico añejo pero muy bien conservado...
Como dice el señor Bytes (una especie de personaje dickensiano tipo Fagin) el show de la vida continúa, las corrientes de aire siguen azuzando nuestras banales existencias...
Lo que sí es cierto es que una vez hayas visto esta portentosa película, jamás la olvidarás ni dejarás de conmoverte al recordarla, del personaje de John Merrick(magníficamente interpretado bajo una espesa capa de maquillaje por John Hurt) maltratado por la vida que le tocó vivir, hasta el momento en que conoció al doctor Freddie Treves (Anthony Hopkins en una de sus mejores interpretaciones de su carrera)...
...Aquella obra suya, la catedral de Saint Phillips que Merrick recreó con cartones de la basura del London Hospital, mientras sonaba el adagio para cuerdas de Samuel Barber tocado por la filarmónica de Londres dirigida por John Morris, y mientras Merrick se disponía a acostarse en la cama como lo hacía la gente normal...
M A R A V I L L O S A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Londres, los últimos estertores del siglo XIX...Las calles infestadas por toda una "fauna" dickensiana de pícaros y trabajadores pobres y desastrados...
En una feria de espectáculos circenses plagada de Freaks, payasos, acróbatas y trapecistas, el doctor Frederick Treves, cirujano del London Hospital y profesor de anatomía de la facultad de medicina, se topa con un espectáculo, propiedad de un tal señor Bytes, al que presenta como" "...el terrible hombre elefante...".
Treves se interesa por el personaje; John Merrick, ciudadano británico de 21 años, con bronquitis crónica (de ahí que no pueda dormir en posición normal recostada sino ligeramente incorporado en posición harto incómoda para su columna vertebral) y plagado de tubérculos papilomatosos en el 90% de su cuerpo...
Dado la gravedad de su estado, el dr Treves propone llevarlo al hospital de Londres para tratar de recuperarlo...
Merrick no está acostumbrado a que lo traten tan bien... su único contacto con la humanidad en todos estos años atrás fue un retrato fotográfico de su madre que Merrick guarda siempre en su bolsillo... Una madre que según Bytes fue atacada en su cuarto mes de gestación por una manada de elefantes en una isla desierta de África, pero que sin embargo Merrick cree víctima de los excesos del incipiente mundo industrial descarnado en el que estaban inmersos, con efectos asaz perniciosos para la salud del trabajador...
Una vez aceptada su interinidad permanente, patrocinada por la mismísima reina Victoria y concedida por el gobernador del hospital, el señor Carr Gom (John Gielgud), Merrick vivirá su particular odisea dentro del hospital, con personajes aún dickensianos como la señora Mothershead, la enfermera Nord, o el siniestro vigilante nocturno Sony... o las esporádicas visita de una compasiva y humanitaria estrella del West End Londinense, la dama del teatro señora Kendall, interpretada por Anne Bancroft...
Nada, nada morirá jamás... Ni mucho menos esta obra de arte, vital y necesaria en la videoteca de todo buen aficionado al cine.
En una feria de espectáculos circenses plagada de Freaks, payasos, acróbatas y trapecistas, el doctor Frederick Treves, cirujano del London Hospital y profesor de anatomía de la facultad de medicina, se topa con un espectáculo, propiedad de un tal señor Bytes, al que presenta como" "...el terrible hombre elefante...".
Treves se interesa por el personaje; John Merrick, ciudadano británico de 21 años, con bronquitis crónica (de ahí que no pueda dormir en posición normal recostada sino ligeramente incorporado en posición harto incómoda para su columna vertebral) y plagado de tubérculos papilomatosos en el 90% de su cuerpo...
Dado la gravedad de su estado, el dr Treves propone llevarlo al hospital de Londres para tratar de recuperarlo...
Merrick no está acostumbrado a que lo traten tan bien... su único contacto con la humanidad en todos estos años atrás fue un retrato fotográfico de su madre que Merrick guarda siempre en su bolsillo... Una madre que según Bytes fue atacada en su cuarto mes de gestación por una manada de elefantes en una isla desierta de África, pero que sin embargo Merrick cree víctima de los excesos del incipiente mundo industrial descarnado en el que estaban inmersos, con efectos asaz perniciosos para la salud del trabajador...
Una vez aceptada su interinidad permanente, patrocinada por la mismísima reina Victoria y concedida por el gobernador del hospital, el señor Carr Gom (John Gielgud), Merrick vivirá su particular odisea dentro del hospital, con personajes aún dickensianos como la señora Mothershead, la enfermera Nord, o el siniestro vigilante nocturno Sony... o las esporádicas visita de una compasiva y humanitaria estrella del West End Londinense, la dama del teatro señora Kendall, interpretada por Anne Bancroft...
Nada, nada morirá jamás... Ni mucho menos esta obra de arte, vital y necesaria en la videoteca de todo buen aficionado al cine.