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Voto de burton:
9
26 de diciembre de 2006
33 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelentemente narrada y elegante y sobriamente filmada, Kiéslowski vuelve a hacer alarde de su excelso dominio técnico del asunto.
Segunda entrega de la trilogía del cineasta polaco sobre los colores de la bandera francesa, representando el azul de la monarquía (monárquicos legitimistas) y el blanco y rojo de la ciudad de París y que el difunto cineasta quiso asociar simbólicamente con cada uno de las famosas palabras contenidas en aquella celebérrima divisa proclamada durante la revolución francesa allá por el año 1790, y expuestas entre otras muchas ideas por los legendarios Voltaire, Rousseau o Montesquieu, como eran: libertad (simbolizado para Kiéslowski en la primera de las entregas de su famosa trilogía; color azul) ,igualdad (simbolizado según Kieslowski el color blanco que nos compete) y la fraternidad (a la que Kiéslowski rebautizó como solidaridad en la tercera y más completa entrega de la trilogía, el color rojo).
Excelente planteamiento sobre la igualdad, esta vez con el exclusivo tono de comedia de tinte azabache, y al igual que en el resto de la serie el cineasta polaco se encarga de impregnar el asunto cincelándolo con sus pinceladas del color representado, es decir, en esta ocasión de un blanco alternativamente esperanzador (representado en su claridad, su inocencia y su éxtasis intrínseco) y/o áspero (en algunas de las escenas en la nieve, en los pañuelos y trozos de papel blancos con los que Karol interpretaba canciones populares de su país natal, o en los excrementos del pájaro que le caen de forma premonitoriamente humillante antes de afrontar su divorcio..."¿La igualdad?, ¿qué igualdad?..."Hoy en día todo se compra con dinero...").
Y es que el cineasta polaco acabó finalmente desencantado con su posterior elección del libre mercado después de apoyar los estertores del régimen comunista bajo el que fue criado...de esta forma Kiéslowski nos lo hace saber a través de las peripecias de este peluquero polaco, Karol (Zbigniew Zamachowski), quien después de ser humillado por su propia esposa "con la ley en la mano" en un paradigmático país de la libertad como Francia, se ve indefectiblemente impelido a volver a su raíces en Polonia para renacer de sus cenizas y pergeñar un plan maquiavélico y de tintes muy negros que le sirviera para saciar sus deseos, instintos y orgullo para con su esposa y a la vez vengarse de tamaña afrenta moral.
Si bien la estupenda fotografía intrínsecamente colorista de la trilogía corre a cargo de tres camarógrafos distintos, la textura cromática musical de la misma fue creada por el mismo autor, Zbigniew Preisner, en esta ocasión a base canciones populares polacas que Karol solía cantar en su breve etapa de mendigo en el metro parisino con un trozo de papel, o más tarde convertido ya en un afortunado hombre de negocios en su Polonia natal, extraída de una pañuelo blanco.
N E C E S A R I A.
Segunda entrega de la trilogía del cineasta polaco sobre los colores de la bandera francesa, representando el azul de la monarquía (monárquicos legitimistas) y el blanco y rojo de la ciudad de París y que el difunto cineasta quiso asociar simbólicamente con cada uno de las famosas palabras contenidas en aquella celebérrima divisa proclamada durante la revolución francesa allá por el año 1790, y expuestas entre otras muchas ideas por los legendarios Voltaire, Rousseau o Montesquieu, como eran: libertad (simbolizado para Kiéslowski en la primera de las entregas de su famosa trilogía; color azul) ,igualdad (simbolizado según Kieslowski el color blanco que nos compete) y la fraternidad (a la que Kiéslowski rebautizó como solidaridad en la tercera y más completa entrega de la trilogía, el color rojo).
Excelente planteamiento sobre la igualdad, esta vez con el exclusivo tono de comedia de tinte azabache, y al igual que en el resto de la serie el cineasta polaco se encarga de impregnar el asunto cincelándolo con sus pinceladas del color representado, es decir, en esta ocasión de un blanco alternativamente esperanzador (representado en su claridad, su inocencia y su éxtasis intrínseco) y/o áspero (en algunas de las escenas en la nieve, en los pañuelos y trozos de papel blancos con los que Karol interpretaba canciones populares de su país natal, o en los excrementos del pájaro que le caen de forma premonitoriamente humillante antes de afrontar su divorcio..."¿La igualdad?, ¿qué igualdad?..."Hoy en día todo se compra con dinero...").
Y es que el cineasta polaco acabó finalmente desencantado con su posterior elección del libre mercado después de apoyar los estertores del régimen comunista bajo el que fue criado...de esta forma Kiéslowski nos lo hace saber a través de las peripecias de este peluquero polaco, Karol (Zbigniew Zamachowski), quien después de ser humillado por su propia esposa "con la ley en la mano" en un paradigmático país de la libertad como Francia, se ve indefectiblemente impelido a volver a su raíces en Polonia para renacer de sus cenizas y pergeñar un plan maquiavélico y de tintes muy negros que le sirviera para saciar sus deseos, instintos y orgullo para con su esposa y a la vez vengarse de tamaña afrenta moral.
Si bien la estupenda fotografía intrínsecamente colorista de la trilogía corre a cargo de tres camarógrafos distintos, la textura cromática musical de la misma fue creada por el mismo autor, Zbigniew Preisner, en esta ocasión a base canciones populares polacas que Karol solía cantar en su breve etapa de mendigo en el metro parisino con un trozo de papel, o más tarde convertido ya en un afortunado hombre de negocios en su Polonia natal, extraída de una pañuelo blanco.
N E C E S A R I A.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Una maleta en la cinta transportadora de un aeropuerto abre la película...
A continuación Karol, un reputado peluquero polaco premiado en diversos certámenes de peluquería en los países del este y emigrado a París al conocer a su futura mujer, la francesa Dominique (Julie Delpy) camina desorientado por las calles de París en busca de los juzgados donde ha sido citado por su esposa para su proceso de divorcio.
Una vez dentro, y con la triste ayuda de un intérprete, afronta el humillante proceso de su divorcio por motivos de impotencia con su miembro viril, algo que Karol atribuye a su estado anímico actual pero considerado como algo pasajero. Lo cierto es que triste y desahuciado, de la noche a la mañana se ve solo y sin un duro ni un lugar donde cobijarse, pues su esposa se ha encargado incluso de expropiarle su propio salón de belleza donde trabajaba como digno peluquero.
Karol busca refugio en el metro frente a su exhogar conyugal para así poder espiar a su esposa mientras se gana unos dineros tocando música tradicional polaca con los que poder regresar a Polonia...Una noche se encontrará allí con otro ciudadano polaco, Mikolaj (Janusz Gajos)...Mikolaj que lleva una vida digna en Polonia con trabajo y familia, le ofrece a Karol dinero para poder regresar y vivir medio año de su vida en Polonia, a cambio de matar a una persona que está deseando morir pero que no es capaz de suicidarse para no dejar remordimientos de conciencia a los suyos...Se trataría del propio Mikolaj...
Así, metido dentro de una maleta Karol regresará a Polonia y perderá la pista de Mikolaj al ser robada la maleta en la que iba dentro...apaleado llega al negocio de peluquería de su hermano donde tras recuperarse comienza a ejercer su profesión...Pronto se cansará de trabajar tanto y no conseguir nada...
Trabajará a tiempo parcial como seguridad de un pequeño stand de cambio de dinero, y a través de sus mafiosos dueños se enterará de un suculento negocio de especulación urbanística que le reporte pingües beneficios para poder afrontar un negocio por sí mismo...
Así con el paso del tiempo reunirá el suficiente dinero y llamará a su amigo Mikolaj para emprender el negocio...Después vendrá su plan maquiavélico, recuperando su orgullo viril maltrecho y vengándose de su exmujer...¡Planear su muerte fingida que inculpe a su ex-esposa!...
A continuación Karol, un reputado peluquero polaco premiado en diversos certámenes de peluquería en los países del este y emigrado a París al conocer a su futura mujer, la francesa Dominique (Julie Delpy) camina desorientado por las calles de París en busca de los juzgados donde ha sido citado por su esposa para su proceso de divorcio.
Una vez dentro, y con la triste ayuda de un intérprete, afronta el humillante proceso de su divorcio por motivos de impotencia con su miembro viril, algo que Karol atribuye a su estado anímico actual pero considerado como algo pasajero. Lo cierto es que triste y desahuciado, de la noche a la mañana se ve solo y sin un duro ni un lugar donde cobijarse, pues su esposa se ha encargado incluso de expropiarle su propio salón de belleza donde trabajaba como digno peluquero.
Karol busca refugio en el metro frente a su exhogar conyugal para así poder espiar a su esposa mientras se gana unos dineros tocando música tradicional polaca con los que poder regresar a Polonia...Una noche se encontrará allí con otro ciudadano polaco, Mikolaj (Janusz Gajos)...Mikolaj que lleva una vida digna en Polonia con trabajo y familia, le ofrece a Karol dinero para poder regresar y vivir medio año de su vida en Polonia, a cambio de matar a una persona que está deseando morir pero que no es capaz de suicidarse para no dejar remordimientos de conciencia a los suyos...Se trataría del propio Mikolaj...
Así, metido dentro de una maleta Karol regresará a Polonia y perderá la pista de Mikolaj al ser robada la maleta en la que iba dentro...apaleado llega al negocio de peluquería de su hermano donde tras recuperarse comienza a ejercer su profesión...Pronto se cansará de trabajar tanto y no conseguir nada...
Trabajará a tiempo parcial como seguridad de un pequeño stand de cambio de dinero, y a través de sus mafiosos dueños se enterará de un suculento negocio de especulación urbanística que le reporte pingües beneficios para poder afrontar un negocio por sí mismo...
Así con el paso del tiempo reunirá el suficiente dinero y llamará a su amigo Mikolaj para emprender el negocio...Después vendrá su plan maquiavélico, recuperando su orgullo viril maltrecho y vengándose de su exmujer...¡Planear su muerte fingida que inculpe a su ex-esposa!...