El Escritor se ha convertido en uno de los thrillers más completos de los últimos tiempos. Se trata de una historia bien articulada, que maneja muy bien los tiempos, y que no se saca cartas de la manga, como pueda pasar en otras películas del mismo estilo. Porque una cosa que valoro mucho es la figura del escritor, aquel que pretende desenmascarar todo el pastel. Porque Polanski mantiene esa figura lo más fidedigna posible, y mantiene al escritor como escritor. No como en esa películas en donde el ciudadano de a pie acaba convirtiéndose casi en policía o detective, ya que es inigualable resolviendo acertijos y trampas. No, en El Escritor, Ewan McGregor (el actor que le interpreta, y muy bien, por cierto) se comporta como lo que es, un escritor que mira a la realidad tal y como es y que no tiene ningún miedo a contar algo que le preocupa o le parece sospechoso.

También, la película desarrolla una historia bastante realista, sin momentos imposibles o cogidos con pinzas. El espectador disfrutará mucho, y se le pasará la película volando. Quizás, y por eso a lo mejor no llega a la excelencia, el desenlace dejará con la miel en los labios a más de uno. En mi opinión, no es el final más acertado, no obstante, Polanski apuesta por un final menos convencional, menos típico en este tipo de largometrajes. Puede que haya gente que prefiera otra resolución (entre ellos yo), o que piense que la película no ha sido justa con el personaje, pero hay que respetar y tener en cuenta el camino que ha elegido el director, que es posible que prefiera un final abierto a la interpretación del público, lo cual no está del todo mal.

De todos modos, El Escritor no va a defraudar, ni mucho menos, y es una apuesta segura para el disfrute de todos, para vivir por fin un thriller como Dios manda.