Antes que nada, esta es una buena obra pero le falta un plus que no sabría uno describir del todo. En mi caso le ha faltado chispa, el ritmo o los diálogos quien sabe, hay otras películas que me han impresionado más. Probablemente no me ha interiorizado emocionalmente lo que yo deseaba.
¿Qué observo en Taxi Driver? En primer lugar el miedo y el desprecio a las masas suburbanas. El asco a la inmundicia que uno puede leer en obras como “La peste” de Albert Camus. Un odio que lo acabó transformando en otro ser peor o igual que acaba haciendo un acto deshonroso. Una crítica a los políticos que se llenan la boca para referirse al pueblo pero no conocen ni un ápice de esa “inmundicia callejera”. Puede ser que este taxista tan especial, primero tímido y vergonzoso y luego loco, pensaba que al hablar de ayudar al pueblo ayudaba a los apestosos proxenetas. O es probable que pensaba que su discurso era falso e hipócrita, quien sabe.
En segundo lugar observo un descontentamiento hacia la mujer (cuando ve en la televisión una mujer y de rabia le mete una patada). En definitiva, la crítica a la liberalización de la mujer mal entendida.
Es un film bastante deprimente, señores y señoras, en que uno observa como la convivencia con la peste de la ciudad puede llegar a cambiarte. Una metamorfosi tan fuerte como la de llevar a una chica que te gusta a un cine porno (donde la belleza reluce, entiendan ironía o no). Porque sólo te mueves en un ambiente y el antiguo ambiente que recordabas lo has perdido. Un ser solitario, que no sabe relacionarse, que cree que morirá solo y no se da cuenta que era espléndido en el inicio para luego perder la cabeza.