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Voto de Siempreasimetrico:
10
Drama La Inglaterra rural de 1865. Katherine (Florence Pugh) vive angustiada por culpa de su matrimonio con un hombre amargado al que no quiere y que le dobla la edad, y de su fría y despiadada familia. Cuando se embarca en un apasionado idilio con un joven trabajador de la finca de su marido, en su interior se desata una fuerza tan poderosa que nada le impedirá intentar conseguir lo que desea. (FILMAFFINITY)
7 de junio de 2018
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Época victoriana, en la Inglaterra rural del siglo anterior a éste pasado. Una joven alejada de su hogar es casada por imposición con un terrateniente que le dobla la edad. Vive en una gran mansión con su suegro y su marido y el servicio. Tratada con aspereza y frialdad la joven Lady Macbeth se siente aprisionada por los rigores que rigen en el hogar. Subordinada al papel de ser la gestante de un heredero, el marido evita tener contacto carnal con la esposa. Con la recomendación dictada de no abandonar la casa es recluida en la soledad del afecto y tratada con la indiferencia del desprecio. Siendo esta la situación, Lady Macbeth intenta pasar como puede la eternidad de su vida en perpetuo silencio, habiéndole exigido de antemano cada hora del día e incluso de la noche un comportamiento de mujer sumisa, abnegada y obediente.
Así comienza esta historia de época donde el papel de esta joven mujer no es más que testimonial, cuyo valor es intranscendente y cuya existencia está supeditada a los designios convencionalistas, ultraconservadores, patriarcales y machistas de quien, suegro y esposo, la consideran de su propiedad.

La filmación de la historia se produce de forma aséptica, encuadre fijo de las escenas en las distintas habitaciones de la casa, unido esto a la ausencia de sonido, ni siquiera espectral, salvo el ruido de pasos exigidos por la obligación, el sometimiento audible que emite el cierre de puertas o la musicalidad abstraída del entrechocar de la vajilla. Todo tan austero y sobrio que imprime una inmovilidad absoluta que maniata la narración y la vida de esta joven. Este ambiente creado de manos del director William Oldroyd es un ejercicio de talento incuestionable. Lady Macbeth no solo sufre las consecuencias físicas del momento también sufre esta estética fílmica tan adecuadamente aplicada.

La intérprete detrás del personaje de Lady Macbeth, Florence Pugh hace un trabajo impresionante a pesar de permanecer gran parte de la película encorsetada en su azul vestido de dama. De rostro dulce y mirada angelical consigue trasladar al espectador, solo con sus ojos y su semblante, cada una de las emociones que experimenta Lady Macbeth, que no son pocas desde luego, aunque sí considerablemente extremas y que solventa de manera notable esta exquisita y recién nacida actriz.

Tres ingredientes perfectos unidos entre sí en paralelismo y en simetría, relato, filmación y actuación, aúpan a esta película a una triple calificación de excelente, impresionante e inmejorable, en su orden cronológico de historia, dirección, e interpretación.

Los momentos de mayor impacto emocional que puede vivir el espectador son estos:
1º “Las consecuencias de abofetear a Lady Macbeth”.
2º “Lo que Lady Macbeth es capaz de hacer por amor”.
3º “Nada pude imponerse en el camino de Lady Macbeth”.
4º “Lady Macbeth es capaz de cualquier cosa para salvar su vida”

Esta película no solo se merece un 10, sino tres.
Siempreasimetrico
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