Spike Lee firma esta película con atracos y secuestro de rehenes incluido. Un film policiaco que se beneficia de un buen reparto, en el que sobresalen Denzel Washington y Clive Owen.

De pelis con atracos a un banco hemos visto muchas. Ésta propone esos giros argumentales que sustentan una intriga en la que sólo al final se logra saber exactamente que ha sucedido. Aquí el amigo Denzel, eficaz como siempre, interpreta a un inspector de policia que trabaja como negociador, y Clive Owen, también solvente, se mete en la piel de un atracador poco convencional cuyo único fin no es sólo la pasta. Entre ellos, corretea una anecdótica Jodie Foster, una mujer inteligente y segura de sí misma, que trata de proteger al precio que sea un secreto guardado en el banco. Los personajes son seres complejos y difícilmentes sabes por donde van a ir, lo que es un acierto.

La película funciona muy bien. Tiene la dosis exacta de entretenimiento, con algunos diálogos ingeniosos que resultan bastante interesantes, cierto humor y una trama que juega a la confusión, en el buen sentido de la palabra, que logra atrapar la atención en todo momento. Puede que el final deje una sensación de 'deja vu', pero la película es muy superior, por ejemplo, a las de la saga Ocean.

Por cierto, ¿por qué en muchas películas de Denzel Washigton éste aparece unido sentimentalmente a un tía cachonda que se pasa media película tumbada en un cama, medio en bolas, hablando con él por teléfono? Ya van no sé cuántas.