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Voto de Sandro Fiorito:
7
Terror. Thriller. Acción Película de terror dividida en dos partes, una dirigida por Tarantino y la otra por Robert Rodríguez. Ambas están separadas por falsos trailers de películas de terror, creados por los conocidos directores del género Eli Roth, Rob Zombie, Edgar Wright. "Death Proof", dirigida por Tarantino, gira en torno a un psicópata de la carretera llamado Especialista Mike, un asesino en serie que va aniquilando a sus víctimas, siempre chicas ... [+]
4 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con estética vintage-setentera y momentos de John Carpenter e inevitables recuerdos a “El diablo sobre ruedas” de Steven Spielberg, este “Death Proof” es fiel al auténtico aroma de Quentin Tarantino, que deja nuevas muestras de su ya cuasi-religioso fetichismo y su agradecida tendencia a magnificar el retrato de la mujer, a la que dota de la inteligencia, realismo, personalidad y auto-suficiencia que realmente éstas demuestran y que por desgracia no es habitual ver reflejado en la mayoría de los guiones escupidos por Hollywood. Ya estamos cansados de la chica que sólo aparece para cubrir el cupo femenino, de esa romanticona empedernida, de la tonta de instituto o de aquella necia que siempre cae en la trampa de cualquier tío (¡ouch!, de esto último también hay aquí). Tarantino no sólo ha demostrado que conoce como nadie esto del cine: también conoce muy bien a las mujeres, y esto queda reflejado en cintas como “Pulp Fiction”, “Kill Bill”, “Jackie Brown“, “Malditos bastardos” o la película reseñada en estas líneas.

Para el aclamado realizador de Tennessee, la mujer es fuerte, hermosa, poderosa, peligrosa, rabiosamente inteligente y capaz de dominar su propia malicia como nadie.

Y unas chispas de esto es lo que vemos en un reparto copado por unas mujeres que interpretan a alegres amigas que pretenden pasárselo bien de bar en bar, ante la atenta mirada de un buen Kurt Rusell que parece guardar oscuros destinos para ellas. El guión es la piedra angular de “Death Proof”, siendo unos diálogos que suceden las anécdotas de las protagonistas los encargados de amenizar nuestro viaje en el coche de las guapísimas actrices. No faltan a su cita esas absorbentes conversaciones en la mesa de un bar, otro de los puntos de peregrinaje de los guiones de Quentin Tarantino. Todo son conversaciones de interés hasta que la cosa se pone fea y las situaciones se complican, partiéndose la película en dos mitades que nos muestran una primera parte brillante, traviesa, sugerente y atractiva, y un tramo final más gamberro y acelerado, pero también más repetitivo, largo, previsible.

A destacar el ritmo de una historia que mantiene su energía, la infinita sensualidad de las protagonistas, los detalles fotográficos y artísticos, esa única forma en la que Quentin Tarantino sabe hacer su cine, que es transgrediendo, provocando, arriesgándose y siendo original. Pese a algunos vaivenes y el ya citado más endeble tramo final, es una película que se agradece, en la que gusta ser partícipe de esas charlas de chupitos y Long Island Ice Tea, de contemplar lo más desagradable de forma explícita y asistir, una vez más, a la genial locura de un maestro, que aquí tampoco ha descuidado el salpicar sus escenas, como siempre, con una exquisita selección de temas musicales.
Sandro Fiorito
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