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Voto de Sandro Fiorito:
9
Drama. Thriller Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2009
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
(*) "La publicidad nos hace desear coches y ropas. Tenemos empleos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos vivido una Gran Guerra, ni una Gran Depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual. Nuestra Gran Depresión es nuestra vida."

David Fincher (Seven, El curioso caso de Benjamin Button) nos presenta su particular oda al salvajismo, transformada en una dura crítica que escupe a lo material y eleva nuestro espíritu interior. Quien considere que esta película incita a la violencia -y lo digo por ciertos críticos que la tachan de ¿fascista?-, no es más que un imbécil ignorante, que no sabe apreciar lo que esta historia oculta bajo lo sangriento de sus escenas.

Un monótono, aburrido, desesperado y simplón oficinista llamado Jack (Edward Norton), conoce durante un viaje de avión a un curioso personaje, comercial de jabones: Tyler Durden (Brad Pitt), quien cree que el perfeccionismo es la mayor debilidad en el hombre, considerando a su vez la autodestrucción como el mejor de los remedios para el mismo.

Así sus destinos se ven unidos y forman juntos un club de lucha que irá aumentando progresivamente su número de miembros, reunidos bajo el techo de un mugriento sótano, convertido ahora en el templo de la evasión de muchos, que ven en la pelea una forma de convertir sus cicatrices psicológicas en físicas, quedando olvidadas las primeras.

Extravagante, inusitada, cubierta de macabra belleza y poética contemporánea. No tiene desperdicio y Norton y Pitt garantizan dos grandes interpretaciones.

(*) Extracto de un pequeño discurso pronunciado por Tyler Durden (Brad Pitt) durante la película.
Sandro Fiorito
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