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España España · málaga
Voto de nachete:
3
Ciencia ficción. Terror Cuando una criatura come-hombres de las cavernas aparece con una fortuna en diamantes en bruto en torno a su cuello, la hija del doctor Chambers, Denae, contrata a uno aventureros de rescate para encontrar la fuente subterránea de las joyas. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fred Olen Ray, gran cultivador de la roña espacial y del arte popular bajuno en general, intenta, con The Phantom Empire, dar una vuelta de tuerca ochentera y psicotrónica a lo que gente como Michael Carreras o Kevin Connor hicieron por el cine de aventuras de serie B en los años 60 y 70, incluso a lo que realizó el bueno de Roger Corman en sus primeros divertimentos prehistóricos. Tirando del hilo, uno llega a ese mundo perdido que nos mostró Harry Hoyt, aunque ahora el legado de Verne y Burroughs se regurgita en clave inevitablemente cómica, en lo que viene a ser una parodia indisimulada de este tipo de cine/literatura de evasión.

Pese a abrirse con una surrealista decapitación, la película pronto deja a un lado la sombra del gore y se sumerge en una clásica (y blanca) aventura fantástica con personajes carismáticos y cientifismo de manual, casi se diría que una visualización desprejuiciada -y también un poco mongui- de lo que un niño soñaría tras leer Viaje al centro de la Tierra si tuviera cierta inquietud por el cine de terror o por las hazañas épicas de un Richard Corben.

Batiburrillo pop con Sybil Danning luciendo escotazo y Jeffrey Combs paseando su graduado en la prestigiosa universidad de Miskatonic, la película es un desastre autoconsciente hecho con cuatro duros que busca la complicidad de su público potencial (no me preguntéis cuál es) apelando a lo más bajo del arte popular, una odisea chorra plagada de anacronismos, amazonas buenorras y chistes malos que encuentra en el sentido del humor y el sense of wonder más cafre sus principales razones de ser. Pues eso, tan mala como entrañable.

Lo mejor: su delirio absoluto, su falta de mesura.
Lo peor: lo chapuzas que resulta todo.
nachete
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