Haz click aquí para copiar la URL
España España · málaga
Voto de nachete:
5
Terror Un equipo es enviado a un remoto lugar del Suráfrica para capturar a un legendario y enorme cocodrilo que se ha cobrado la vida de varios cientos de personas. El horror comienza cuando el productor, el cámara y el resto del equipo se internan en el río. Cuanto más se acercan al sujeto de su noticia, más se aproxima la muerte... (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2007
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que me llamó la atención de la película (y que me impulsó a verla) fue su delicioso y macabro cartel, no únicamente por su valor estético, sino por la curiosa estrategia de marketing que lleva detrás: ¿a qué viene tanto esmero en ocultarnos que la peli va de un cocodrilo gigante? Porque desde luego la frase promocional ("the most prolific serial killer in history") y la ilustración remiten a un psicópata de los de toda la vida. ¿Acaso se avergüenza de su condición de monster movie y prefiere adoptar pose de thriller a lo Seven con vistas a una mayor recaudación en taquilla? En cualquier caso lo que importa es el contenido, que en el caso de Primeval viene a ser otra de periodistas guapetes en África acechados por un enorme reptil... pero con un pequeño matiz argumental que la hace algo especial.

Primeval es, para entendernos, una monster movia híbrida (o bastarda), que quizás consciente de la poca sustancia narrativa ligada a la figura del cocodrilo prefiere compartir el intéres con una trama paralela sobre la lucha de etnias rivales (hablamos de los últimos coletazos de la guerra que enfrentó a hutus y tutsis en Burundi y Ruanda) y los conflictos bélicos lejanos. Nada demasiado creíble pero lo suficientemente bien hilado como para entretener al respetable. Es la mayor baza del film: el entretenimiento. Ya desde el prólogo engancha bastante, aunque siempre con esa sensación de déjà vu presente incluso en los títulos de crédito. Inevitable: es Tiburón en África.

Como el film de Spielberg, Primeval resulta mucho más inquietante cuando sugiere que cuando muestra, aunque en líneas generales la factura técnica del cocodrilo es aceptable. Sus alicientes, no obstante, son otros: una atmosférica fotografía, divertidos chistes a costa del desprecio de la mirada occidental hacia el Tercer Mundo (muy bueno lo de O. J. Simpson) y gotas de humor racial a veces bastante incorrectas y casi siempre a cargo del afroamericano Orlando Jones. Por contra, tenemos a un grupo de personajes arquetípicos que no aportan nada y un guión demasiado pendiente de los tópicos como para brillar por sí solo. Afortunadamente, Michael Katleman logra insuflir energía al conjunto filmando la acción con bastante poderío y, aunque finalmente apueste por la confusión y los planos cortos y rápidos para las escenas cumbre, hay que reconecerle cierto estilo tras la cámara (hasta utiliza la ralentización con un sentido estético razonable).

Visto lo visto, no deja de ser otra de terrores subacuáticos ambientada en un paraje más exótico de lo habitual. Pero hay algo más que Katleman y guionistas se reservan para el final: la visión del depredador como párabola animal de la maldad del ser humano. Algo de crítica social nunca viene mal, ¿no?

Lo mejor: es muy amena.
Lo peor: el rescate final del perrito y Orlando Jones riéndose frente al cocodrilo: las típicas americanadas que no se cree nadie.
nachete
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow