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Intriga. Thriller
Continuando desde donde lo dejó "Múltiple", "Glass" sigue los pasos de David Dunn (Bruce Willis) en su búsqueda de la figura superhumana de "La Bestia". En la sombra, Elijah Price (Samuel L. Jackson) parece emerger como una figura clave que conoce los secretos de ambos. Secuela de "El protegido" y "Múltiple", de M. Night Shyamalan. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2019
58 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El único lugar donde los dioses existen indiscutiblemente es en nuestras mentes donde son reales más allá de la refutación, en toda su grandeza y monstruosidad".
Alan Moore, From Hell
Voy a centrar mi crítica dejando a un lado los aspectos cinematográficos o de guion, independientemente de las virtudes o defectos de Shyamalan, sólo para enfocarme en el aspecto central de la película: los superhéroes y la mitología.
De hecho no es una crítica, sino un comentario que intenta buscar paralelismos con películas, cómics y otra bibliografía que puede ser de interés para los que les llama la atención los tópicos de la fantasía analizados bajo una óptica de realismo y psicología.
!Pueden haber spoilers¡
Unbreakable es una de las primeras películas, pioneras en su género, que toca el tema superheroico desde una perspectiva realista, introduciendo al personaje de Elijah Price, un aficionado y erudito de los cómics y el arte gráfico, quien cree que los personajes de estos libros existen en el mundo real, incluso desde tiempos bíblicos, y que las historietas son sólo una forma de extender las tradiciones orales de estos personajes en forma de mitos. Esto se puede ir deduciendo cuando vemos a Elijah sentado en su galería de arte con un fragmento de un mural egipcio lleno de jeroglíficos, demostrando que el personaje ve a los mitos de las culturas antiguas como superhéroes de carne y hueso que existieron de forma primigenia.
Bajo esa visión, mitos como los de Gilgamesh de la cultura sumeria o de los dioses egipcios y griegos, trasladándolos a la actualidad, vendrían siendo historias de superhéroes, tal y como se da a entender en la obra de Alan Moore, Promethea, novela gráfica que va acerca de una mujer que en la actualidad puede encarnar a una deidad de la antigüedad o como en American Gods, novela de Neil Gaiman con una narración de similares características. En los textos del escritor Erich von Däniken, a pesar de su carácter pseudocientífico, se menciona algo parecido sobre los dioses de las civilizaciones antiguas, que en realidad podían ser extraterrestres o humanos con habilidades sobrenaturales.
Como se puede leer en los ensayos de Christian Bronstein, titulados Superhéroes: Mitología Moderna, los cómics de la editorial Marvel intentaban introducir personajes mitológicos de diferentes culturas en sus cómics para llegar a un público más diverso en E.E.U.U. a causa de la masiva inmigración; tal es el caso de Thor, dios de la mitología nórdica que paso a ser un personaje heroico en el arte de las viñetas. Todo lo anterior, indica que los superhéroes que conocemos hoy en día a través de los cómics y las películas, son en realidad una extensión de culturas religiosas antiguas, en la que seres humanos con habilidades extraordinarias realizaban proezas imposibles para humanos comunes y corrientes. En E.E.U.U. se desarrollan a partir de la idea de dar una mitología a la joven nación americana que carecía de estos mitos e historias en su cultura.
Es toda esa temática la que busca explorar Shyamalan en su trilogía, llevándonos al origen de la historia de los superhéroes, relacionándolos con las teorías arquetípicas de Carl Jung o a las similitudes entre las diferentes mitologías de diversas culturas del mundo encontradas por James Frazer en su estudio antropológico llamado La Rama Dorada; esto lo corroboramos en las escenas de Glass cuando Joseph Dunn y Casey Cooke, cada uno por separado, mirando cómics encuentran paralelismos entre las historias de los protagonistas (David y Kevin) y las de las historietas, como si se trataran de arquetipos junguianos que están ocultos en nuestros subconscientes pero que se activan cuando vemos símbolos que nos los recuerdan.
La existencia de dioses entre nosotros es lo que intenta demostrar Elijah y lo que la misma Dra. Staple le confirma a David cuando le dice que su grupo no puede permitir la existencia de dioses entre los humanos. Aunque esto ya se había tratado en una u otra forma en películas como Hancock o en las primeros films de los X-Men, con Glass, se intenta profundizar un poco más en el asunto. Increíble el detalle cuando Elijah nos habla sobre los fenómenos de circo y la existencia de personas mitad hombre mitad animal, pues esto tiene demasiada relación con la mini-serie Carnivale de HBO, en la que se habla de seres con habilidades sobrenaturales y su conexión con sociedades secretas como los templarios y los masones (¿de aquí salió la idea de la sociedad de El Trébol?). El giro de guion de Glass, tiene similitudes con cómics como Archer y Armstrong, en la que una sociedad secreta milenaria pretende mantener a raya a un inmortal, desde la época de los sumerios con Gilgamesh, pasando por los dioses y faraones egipcios hasta la época actual.
Continuo en Spoilers:
Alan Moore, From Hell
Voy a centrar mi crítica dejando a un lado los aspectos cinematográficos o de guion, independientemente de las virtudes o defectos de Shyamalan, sólo para enfocarme en el aspecto central de la película: los superhéroes y la mitología.
De hecho no es una crítica, sino un comentario que intenta buscar paralelismos con películas, cómics y otra bibliografía que puede ser de interés para los que les llama la atención los tópicos de la fantasía analizados bajo una óptica de realismo y psicología.
!Pueden haber spoilers¡
Unbreakable es una de las primeras películas, pioneras en su género, que toca el tema superheroico desde una perspectiva realista, introduciendo al personaje de Elijah Price, un aficionado y erudito de los cómics y el arte gráfico, quien cree que los personajes de estos libros existen en el mundo real, incluso desde tiempos bíblicos, y que las historietas son sólo una forma de extender las tradiciones orales de estos personajes en forma de mitos. Esto se puede ir deduciendo cuando vemos a Elijah sentado en su galería de arte con un fragmento de un mural egipcio lleno de jeroglíficos, demostrando que el personaje ve a los mitos de las culturas antiguas como superhéroes de carne y hueso que existieron de forma primigenia.
Bajo esa visión, mitos como los de Gilgamesh de la cultura sumeria o de los dioses egipcios y griegos, trasladándolos a la actualidad, vendrían siendo historias de superhéroes, tal y como se da a entender en la obra de Alan Moore, Promethea, novela gráfica que va acerca de una mujer que en la actualidad puede encarnar a una deidad de la antigüedad o como en American Gods, novela de Neil Gaiman con una narración de similares características. En los textos del escritor Erich von Däniken, a pesar de su carácter pseudocientífico, se menciona algo parecido sobre los dioses de las civilizaciones antiguas, que en realidad podían ser extraterrestres o humanos con habilidades sobrenaturales.
Como se puede leer en los ensayos de Christian Bronstein, titulados Superhéroes: Mitología Moderna, los cómics de la editorial Marvel intentaban introducir personajes mitológicos de diferentes culturas en sus cómics para llegar a un público más diverso en E.E.U.U. a causa de la masiva inmigración; tal es el caso de Thor, dios de la mitología nórdica que paso a ser un personaje heroico en el arte de las viñetas. Todo lo anterior, indica que los superhéroes que conocemos hoy en día a través de los cómics y las películas, son en realidad una extensión de culturas religiosas antiguas, en la que seres humanos con habilidades extraordinarias realizaban proezas imposibles para humanos comunes y corrientes. En E.E.U.U. se desarrollan a partir de la idea de dar una mitología a la joven nación americana que carecía de estos mitos e historias en su cultura.
Es toda esa temática la que busca explorar Shyamalan en su trilogía, llevándonos al origen de la historia de los superhéroes, relacionándolos con las teorías arquetípicas de Carl Jung o a las similitudes entre las diferentes mitologías de diversas culturas del mundo encontradas por James Frazer en su estudio antropológico llamado La Rama Dorada; esto lo corroboramos en las escenas de Glass cuando Joseph Dunn y Casey Cooke, cada uno por separado, mirando cómics encuentran paralelismos entre las historias de los protagonistas (David y Kevin) y las de las historietas, como si se trataran de arquetipos junguianos que están ocultos en nuestros subconscientes pero que se activan cuando vemos símbolos que nos los recuerdan.
La existencia de dioses entre nosotros es lo que intenta demostrar Elijah y lo que la misma Dra. Staple le confirma a David cuando le dice que su grupo no puede permitir la existencia de dioses entre los humanos. Aunque esto ya se había tratado en una u otra forma en películas como Hancock o en las primeros films de los X-Men, con Glass, se intenta profundizar un poco más en el asunto. Increíble el detalle cuando Elijah nos habla sobre los fenómenos de circo y la existencia de personas mitad hombre mitad animal, pues esto tiene demasiada relación con la mini-serie Carnivale de HBO, en la que se habla de seres con habilidades sobrenaturales y su conexión con sociedades secretas como los templarios y los masones (¿de aquí salió la idea de la sociedad de El Trébol?). El giro de guion de Glass, tiene similitudes con cómics como Archer y Armstrong, en la que una sociedad secreta milenaria pretende mantener a raya a un inmortal, desde la época de los sumerios con Gilgamesh, pasando por los dioses y faraones egipcios hasta la época actual.
Continuo en Spoilers:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Es decir, que esta trilogía no se centra tanto en el cómic de superhéroes convencional (DC o Marvel), sino que toma cómics que tratan este género desde una perspectiva más analítica y centrándose en las mitologías del pasado (como Promethea de Alan Moore) y que intentan dar una mitología superheroica a occidente (American Gods de Neil Gaiman). Y si las mitologías antiguas se expresaban por medio del arte de su época (pinturas, esculturas, canciones, poesías) ¿no puede ser el cómic una nueva forma de arte para seguir extendiendo estas historias?
Pero Shyamalan no se queda en las civilizaciones antiguas, pues el director explora otros aspectos visibles en el género de los superhéroes, como lo son el rechazo de la sociedad hacia las personas con habilidades especiales. Por ejemplo, el hecho de que La Horda quiera defender a los “maltrechos” (personas que han sufrido algún tipo de trauma), tiene una gran similitud con los X-Men, en el arco en el que el profesor Xavier y Magneto quieren defender a los mutantes del rechazo social del que son víctimas, en las primeras películas de esta saga.
Incluso, se puede llegar a pensar que los maltrechos desarrollan habilidades especiales, tal como Kevin con sus 24 personalidades o como David que en el pasado sufrió de Bullying en el colegio y su cerebro intentó compensarlo desarrollando super-fuerza. El desarrollo de habilidades especiales a partir de traumas es una subtrama de otros géneros, ya visto en Carry de Stephen King (y sus innumerables adaptaciones al cine), Matilda, el Efecto Mariposa o Sucker Punch. Sin embargo, en este asunto, Shyamalan, en Split y en Glass, intenta dar otra perspectiva, poniendo en duda el carácter extraordinario de sus personajes y orientándonos al terreno de lo psicológico y psiquiátrico, al decir que personas con trastornos mentales, por ejemplo con esquizofrenia, crean un mundo de fantasía que, aunque no es real para las demás personas, lo es para ellos y puede ser fuente de sanación para sus conflictos (como en la película 12 monos de Terry Gilliam), desmitificando sus habilidades y cuestionando su realidad. Esto puede leerse en estudios psicológicos, como “El sentido de la existencia a través de los arquetipos” de la asociación de psicoanalistas ADEPAC (específicamente en la primera y quinta historias).
Entonces, la virtud de esta trilogía está en condensar todas estas temáticas con un enfoque diferente, además, hay que mirar el contexto en el que se filmó, pues Unbreakable fue realizada en el año 2000, una época en las que las películas del género de superhéroes no era muy difundido, y sin embargo, el director ya empezaba a tratar este subgénero dándole un aire reflexivo y de realismo. Por eso para aquellos que vieron esta película en los 2000 (antes del boom cinematográfico de DC y Marvel) es un film original.
Parafraseando un comentario que vi sobre la película La Aldea (También de Shyamalan), la trilogía de Unbreakable no es una película DE superhéroes sino una película SOBRE los superhéroes (como lo fue el cómic de The Watchmen de Alan Moore).
Y aunque el director lo pudo haber hecho de una mejor manera, lo importante es que lo intentó.
Pero Shyamalan no se queda en las civilizaciones antiguas, pues el director explora otros aspectos visibles en el género de los superhéroes, como lo son el rechazo de la sociedad hacia las personas con habilidades especiales. Por ejemplo, el hecho de que La Horda quiera defender a los “maltrechos” (personas que han sufrido algún tipo de trauma), tiene una gran similitud con los X-Men, en el arco en el que el profesor Xavier y Magneto quieren defender a los mutantes del rechazo social del que son víctimas, en las primeras películas de esta saga.
Incluso, se puede llegar a pensar que los maltrechos desarrollan habilidades especiales, tal como Kevin con sus 24 personalidades o como David que en el pasado sufrió de Bullying en el colegio y su cerebro intentó compensarlo desarrollando super-fuerza. El desarrollo de habilidades especiales a partir de traumas es una subtrama de otros géneros, ya visto en Carry de Stephen King (y sus innumerables adaptaciones al cine), Matilda, el Efecto Mariposa o Sucker Punch. Sin embargo, en este asunto, Shyamalan, en Split y en Glass, intenta dar otra perspectiva, poniendo en duda el carácter extraordinario de sus personajes y orientándonos al terreno de lo psicológico y psiquiátrico, al decir que personas con trastornos mentales, por ejemplo con esquizofrenia, crean un mundo de fantasía que, aunque no es real para las demás personas, lo es para ellos y puede ser fuente de sanación para sus conflictos (como en la película 12 monos de Terry Gilliam), desmitificando sus habilidades y cuestionando su realidad. Esto puede leerse en estudios psicológicos, como “El sentido de la existencia a través de los arquetipos” de la asociación de psicoanalistas ADEPAC (específicamente en la primera y quinta historias).
Entonces, la virtud de esta trilogía está en condensar todas estas temáticas con un enfoque diferente, además, hay que mirar el contexto en el que se filmó, pues Unbreakable fue realizada en el año 2000, una época en las que las películas del género de superhéroes no era muy difundido, y sin embargo, el director ya empezaba a tratar este subgénero dándole un aire reflexivo y de realismo. Por eso para aquellos que vieron esta película en los 2000 (antes del boom cinematográfico de DC y Marvel) es un film original.
Parafraseando un comentario que vi sobre la película La Aldea (También de Shyamalan), la trilogía de Unbreakable no es una película DE superhéroes sino una película SOBRE los superhéroes (como lo fue el cómic de The Watchmen de Alan Moore).
Y aunque el director lo pudo haber hecho de una mejor manera, lo importante es que lo intentó.