Un más que digno telefilm, que con escasos recursos saca adelante una interesante historia de terror, con claras influencias del escritor Sthephen King, Sin vísceras ni mal gusto, sugiriendo más que mostrando y jugando con la psicología de los personajes y también reflejando esa América profunda, tan reaccionaria, ignorante y fanática, en resumen, un film que ha creado escuela y al que sería justo reivindicar.