Tremenda película esta de A. González Iñárritu. Cine mexicano de una calidad envidiable, internacional, que denuncia el sistema de vida civilizado de las ciudades donde estamos inmersos y donde sustituimos el amor hacia animales como los perros por la solidaridad o el humanismo con otros seres humanos.

Una película espejo del ritmo frenético, degenerado, animalista-mierdista de nuestra civilización occidental, la cual cada vez se constituye más frustrantemente en una sociedad que no va a ninguna parte, vacía para vacíar la mente de la gente, donde cada vez vivimos peor y más perrunamente que los mismísimos perros (no hay más que ver que hoy en día en Occidente la gente se ha vuelto gilipollas con la manía de andar con un perrito y sacarlo a mear, cagar y ensuciar todo lo que sea cívico o civilizado en la ciudad. Dicha manía se ha convertido en una plaga que tiene contagiada a millones y millones, a legión de gente peor que si fuese la Gripe A, B ó C y encima va en aumento ese patético empurranamiento).

¡Por Dios que alguien nos salve de los amores perros o empezaremos a cargarnos perros como sabiamente se hacía en tiempos de nuestros abuelos!