Taxi Driver es un clásico inolvidable del maestro Martin Scorsese. Magnífica historia de Paul Schrader, con un Robert De Niro, que ya había demostrado su talento (Malas Calles, El Padrino parte II) y que aquí empezó su leyenda interpretando al solitario Travis Bickle.
De Niro, cuantas películas, cuantos personajes, cuantas vidas, cuantos momentos...pero fue en Taxi Driver, en esa habitación, delante de ese espejo, con el Are you talking to me?, ¿Hablas conmigo?, Donde Robert De Niro cambió la historia del cine para siempre.
Hay sensaciones y vidas que solo el cine puede expresar y contar como es debido. Y en la vida de Travis Bickle, me descubro a mi mismo. En su hastío, amargura, cansancio, rabia y en sus fracasos. Descubro que como él, me he quedado solo. Solo en una ciudad que parece ajena a mi sufrimiento personal.
En esta vida, algunos aparentan ser felices, incluso alguno puede que lo sea en realidad, pero los que han fallado, son ignorados y despreciados. Muchos son los que sobreviven como pueden, otros deciden acabar con su vida y unos pocos reaccionan buscando dar un cambio a su destino, intentando dar un sentido a su existencia. Como es el caso de Travis Bickle, un símbolo universal de lo que significa realmente formar parte de una sociedad, estar sin estar.
Taxi Driver era necesaria para el cine y para la vida. Película por la que no pasan los años.
Obra maestra.