Cine Digital, cine digital. Debo confesar que toda esta nueva ola del cine digital con sus pantallas verdes, captura de movimientos e ilimitados cantidad de planos no me convence del todo. Pero eso es básicamente porque soy un romántico, adoro el cine a la antigua. Yo tengo problemas con estas producciones por que las encuentro falsas, siento que me están contando una mentira muy estética, y aunque el cine al final es una mentira muy cierta, a mí por lo menos a mí, me gusta que me mientan bien. Favreu es un director que sabe moverse en ese cine comercial y que sabe brindar imágenes que dejan al público boquiabierto, y en esta nueva versión de El libro de la selva hay mucho de eso, hay muchos personajes increíbles, hay secuencias de una vistosidad loable. La carga emocional dentro de esta jungla artificial se la lleva Sethi en el papel principal quien le toca la difícil tarea de convivir con personajes que nunca vio realmente. A pesar de toda esa ola de cine digital el filme saca una tarea y es la de entretener, incluso la de emocionarnos, de todo ese traspaso que hace Disney de lo animado a lo live action este es el filme que más me ha gustado y probablemente el único que repetiría. No estamos ante la magia del filme anterior pero si ante una nueva versión disfrutable.