Es un tratado argumental sobre la soledad humana, pero sobre todo una utopía hermosa sobre el amor filial y la empatía. Lars y la chica real tiene un guion simple, pero con sustento que nos lleva a diseccionar muchos aspectos de la sociedad humana ¿Qué pasa cuando hay alguien que hace algo diferente? ¿Qué pasa cuando alguien es tan diferente? ¿Podemos respetarle? Este filme más que una comedia es una fábula llena de moraleja de empatía hacia la salud mental de los demás. Gillespie realiza una dirección maravillosa y Gosling sorprende en un papel que lo saca de la zona de confort, y el actor da la talla con creces. He aquí un filme diferente, con una historia simple pero puntual y entretenida para hacernos reflexionar un poco sobre los lazos afectivos que nos unen a nuestros miedos y seres queridos.