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Costa Rica Costa Rica · CARTAGO
Voto de CINELOCURA:
8
Drama Segunda mitad del siglo XVII. Dos jóvenes jesuitas portugueses viajan a Japón en busca de su mentor, el conocido misionero Padre Ferreira. Los últimos rumores indican que, tras ser perseguido y torturado, Ferreira ha renunciado a su fe, algo difícil de creer para los sacerdotes que parten en su búsqueda. En Japón ellos mismos vivirán el suplicio y la violencia con que las autoridades japonesas persiguen a los cristianos, a los que ... [+]
5 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tema es complicado, de entrada hay que saber que hacer un filme sobre la fe en el cristianismo, es algo que levantara roncha y revolcara las creencias o no creencias más literales y extremas. En ese caso, Scorsese filma una de sus obras más personales, consciente sobretodo que el cine como arte libre no entiende de ideologías, teologías ni filosofía, algo que ya había dejado claro en (La última tentación de Cristo). La línea central del filme rodea el camino del cristianismo en el Japón, aquel cristianismo que inicio con la misión dada a los apóstoles, sobre todo a Pedro y que luego encontró otro personaje de digna mención: Pablo. Pero, no hay que engañarnos, las luchas, las muertes y lo terrible que se ha hecho no ha sido por esparcir una verdad basada en una fe dada por el mismo Jesús. Todo eso ha sido por la falta de comunicación, la convivencia y el extremismo de algunas partes, incluso en muchas veces de los mismos cristianos. En ese sentido, lo mejor del filme es que cuenta una historia sobre la fe, y Martin siendo tan grande como es no deja poner etiquetas en su historia (tal vez al final sí) ni trata de tiranizar a un Japón envuelto en una creencia diferente, la historia remite a dos personajes que viven su fe en medio de una situación social e histórica terrible, alegando una de las primeras referencias que tiene el filme, y obviamente La Misión de Roland Joffee, aunque esta última en algunas cosas si es mucho más directa en su mensaje. Otras de las referencias directas que encontramos es que el filme es un claro homenaje al cine de Kurosawa, en donde los planos generales hacen lo suyo en el uso de los encuadres y colores, y la naturaleza es una clara protagonista, por ese camino Scorsese logra las imágenes más fuertes y hermosas de todo el metraje. Garfield bordea muy bien su personaje, y es un exquisito narrador en off, también los secundarios hacen lo suyo, pero Garfield es obviamente el vehículo principal que Scorsese usa para su mensaje, la fe es un asunto de humanos, y siendo así es imperfecta e inacabada, es un asunto de sentirla más que entenderla, de encontrarla en un silencio solemne donde nos encontramos y encontramos en lo que queremos creer, lo que sentimos creer. Silence es un filme sobre esa discusión interna entre Dios y el hombre, es un filme hacia las no respuestas, hacia la negación o confirmación, hacia lo poco que entendemos de ser creyente y como seguimos idealizando religiones que nos alejan del verdadero camino. Parece que Scorsese dice que el camino está en uno, dentro, con nuestro silencio y oración. Más ahora que el mundo está tan ruidoso. Si el tema es complicado, y el filme también, camina con un metraje que parece excesivo, pero tampoco lo catalogaría de innecesario, es un filme para sacar el tiempo y verlo, ojalá en el día, al final cada uno sacara sus conclusiones. Cine contemplativo, reflexivo de una potencia visual enorme.
CINELOCURA
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