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Lo bueno sobre estos filmes es que te introducen personajes que nunca antes habías conocido, los gemelos Kray tuvieron su reinado en Londres en los 60, con más inteligencia que violencia, aunque si algo no lograban hablar, la fuerza bruta y la intimidación era su as bajo la manga, de ahí que el filme resulte interesante en mostrar estos personajes, pero parece que todo acaba ahí, porque sentimos que el filme nos lleva a ningún lugar y que el desarrollo de la historia se ha visto muchas veces, como se dice y se dice bien, no es lo que se cuenta, si no como se cuenta, y el relato desde un personaje testigo funciona a medias. Helgeland trata de copiar a Scorsese(interminable referencia en el género) pero lo hace de una manera perezosa por que no aporta ninguna virtud narrativa ni técnica, después de una hora el filme resulta cansado y predecible. Hardy hace bien sus dos papeles, aunque no podemos evitar sentir que se siente más cómodo como Reginald que como Ron, este último por ocasiones resulta caricaturesco. El filme se queda a medio gas, dándonos la sensación de que pudo dar mucho, mucho más.

Lo Bueno.

Hardy está muy bien como Reginald, como Ron funciona a veces, pero sin duda lo más atractivo del filme es sus interpretaciones.

El arte para recrear a Londres de 1960.

Alguna que otra secuencia de acción intimidante.

Lo Malo.

El filme es aburrido, parece que no sabe dónde quiere ir y se estrella en sus mismas ambiciones.

Su desarrollo es predecible.

Valoración Personal: Regular, a los amantes de los filmes de mafia, la película les quedara corta, es mejor repetir algún capítulo de Los Soprano o repetir el Padrino.