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Argentina Argentina · Mar del Plata
Voto de klinki:
8
Comedia Sin amor, sin trabajo y quizá con una enfermedad terminal, Frank (Joel Murray) ya no cree en el sueño americano. Sin nada que perder, coge su pistola decidido a terminar con lo peor de la sociedad. Cuenta para ello con un cómplice inusual: Roxy (Tara Lynne Barr), una chica de 16 años que comparte su rabia e insatisfacción... Comedia definida como un hilarante ataque a todo lo que es sagrado en los Estados Unidos de América. (FILMAFFINITY) [+]
19 de febrero de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impecable retrato de la sociedad norteamericana (y de sus sociedades satélites) en clave de ácido humorismo, negro y denso como el petróleo crudo flotando en el mar de la indiferencia. "Dios bendiga a los EEUU" es de una complejidad inteligente lo suficientemente despojada de pretensiones intelectuales como para despertar en el espectador distintos grados de reflexión sin afectar su meta de entretenimiento.
A diferencia de otras películas con las que se la suele comparar —Bonnie & Clyde, Thelma & Louise, Un día de furia, Asesinos por naturaleza, entre otras—, los personajes centrales no representan personalidades que hastiadas de sí mismas se arrojan a una catarsis de características psicopáticas, sino más bien todo lo contrario, son individuos hastiados de los demás que buscan eliminar físicamente a todo aquel que "merezca morir", merecimiento éste que alcanza a patriotistas de derecha, pedófilos, homófobos y un largo etcétera que no deja de lado a los niños y jóvenes caprichosos y presumidos.
Uno de sus diálogos, soltado por Frank —el protagonista central— al promediar la proyección, dice textualmente:
—Que se joda Woody Allen y su estupidez de que "el corazón quiere lo que quiere". Aparentemente lo que el corazón de ese "genio" quiere es lo mismo que quiere cualquier otro pedófilo de poca monta: una asiática sin vello púbico.
Lo traigo a cuento porque hace poco, a raíz de una carta abierta de una de las hijas adoptivas de Mr. Allen en la que lo acusa de haber abusado de ella a la edad de 7 años, fui testigo de una de las discusiones más estúpidas e irrelevantes que puedan imaginarse, donde cada uno de los actores (de la discusión) se esforzaba en probar, sin más conocimientos sobre el tema que los obtenidos a través de los medios hegemónicos, la culpabilidad o inocencia de Mr. Allen. La hipótesis es que está sospechado de pederastia agravada por el vínculo, y la causalidad fáctica es que está ciertamente casado con otra de sus "hijas". El incorrecto desplazamiento de las esferas técnicas, judiciales en este caso, hacia la opinión de la gente común, desplazamiento provocado y sustanciado por las corporaciones mediáticas, es la cara más patética y subrepticia del relativismo epistemológico dominante: la instalación del "todo vale" disolutor de la verdad. Se instala así una de las cuestiones centrales que aborda "Dios bendiga a los EEUU", la realidad hace tiempo que dejó de ser algo objetivable para convertirse en el "volcado" de las construcciones televisivas. Y ya es sabido que "a río revuelto, ganancia de pescadores".
La primera mitad de la cinta es sencillamente magistral; en la segunda mitad se observan algunos tropiezos, como si al director lo hubiera asaltado cierta urgencia por terminarla.
Muy buena oportunidad para entretenerse y algo más.
klinki
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