No intentes pasar la vida buscando ser quien no eres, no intentes ser la niña más guapa de California, no pretendas ser la madre ejemplar de una familia modelo, no dediques tu vida y tu fuerza a ser una persona triunfadora, porque puede que no seas así, e incluso nunca pudiste ser así, puede que desde un principio no pudieras ser piloto, puede que te gusten los helados de chocolate más que nada en el mundo.

Y quizás, después de toda una vida concentrando todo en ser quien no eres, llegue un momento en tu vejez que te des cuenta que no aprovechaste los momentos, quizás intentes sentir lo que no sentiste, quizás te vuelvas un abuelo cocainómano.

Cuando te des cuenta de todo esto, cuando descubras que no eres el mejor en tu trabajo, el mayor experto en Proust, o esa persona que creías era todo no lo sea, no tires la toalla, concéntrate en disfrutar de quien eres, porque la vida no tiene por qué ser un concurso.

Aprende a aceptar a los que te rodean como son y aceptarte a ti mismo como eres.

Puede que te haga falta una niña gordita y un viaje de locura para darte cuenta, o puede que esta película.