Los robot son criaturas realizadas por el hombre, carentes de sentimientos, de humanidad, de razon, de... bueno eso es lo que eran los robots hasta que llegó Spike Jonze para decirnos que es probable que los robots sean hasta más humanos que nosotros mismos.
Los robots, conviven entre humanos sin embargo no se les da las mismas oportunidades, pero ahí están nuestros protagonistas para demostrarnos que eso no es cierto, que ellos son libres de conducir, de trabajar, de sentir, de soñar, de amar, todo es proponérselo.
Seguramente si esta historía hubiese sido interpretada por actores de carne y hueso no habría sido lo mismo.
La mejor historía de amor que he visto en cine desde hace muchísimo tiempo, y es que si algo nos ha enseñado esta sociedad, es que aunque nos comportemos como meras máquinas todavía nos queda algo que nos hace humanos, y es esas ganas de vivir, de soñar, de encontrar a alguien que nos llene, alguien por quien daríamos todo, alguien a quien diriamos:"Estoy aquí".