Poner en imágenes palabras abstractas como "guerra" es difícil. Algunos se decantan por la locura, otros por el gore y otros por la poesía. Cimino se deja (demasiado) tiempo en la primera parte para mostrar la vida diaria de los protagonistas y su entorno. Los actores (creíbles en su papel a pesar de tener demasiados años para alistarse) pasan varios ritos de iniciación tradicionales y están a punto de participar en el mayor rito de todos para convertirse realmente en "hombres": la guerra.

El cambio radical de paisaje marca el inicio de la segunda parte y de una pesadilla inesperada. El tío Charlie y su país no son como los Krauts y la brutal crueldad de las vivencias los marcará físicamente y cicatrizará psicológicamente. Las escenas de guerra son breves pero intensas. El subsiguiente retorno al "paraíso" no es la panacea esperada ya que la guerra cual veneno circula dentro de ellos. Su "paraíso" sigue igual pero ellos ya no son los mismos; han madurado tal como querían pero también han perdido la inocencia de forma violenta ("Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos" Génesis 3:7).

Una vez perdida la inocencia no se puede recuperar, el pasado no puede volver y el intento de salvar a Nick es tan inútil como desgarrador. Es precisamente esta escena el mejor momento de todo el metraje. Sabes lo que va a ocurrir, sabes que Michael no puede hacer nada para pararlo y sabes que una muerta no va a significar nada en el contexto de una guerra. Esta escena tan parodiada (muchas veces en clave de humor, sintomática reacción ante el terror), es hasta el momento lo mejor que ha dirigido Cimino. Lenta, fatalista y increíblemente humana en el vano intento de cambiar lo que no se puede cambiar.

Michael Cimino...veni, vidi, vici, reliqui. Su segunda película y ya tenia un reparto de ensueño y un reconocimiento mundial. La lógica dicta que sólo puedes caer después de tal éxito pero lo de Cimino fue increíble, tan increíble que muchos volvieron a ver The Deer Hunter por buscar ya claves de su declive y por supuesto que las hay. Duración excesiva, racismo y un rodaje y proceso de montaje digno de los mayores excéntricos de la historia del cine. Aún así en esta película todavía tienen su pase ya que el resultado final es bastante digno.

The Deer Hunter: 4 de 5 cámaras vácias del tambor del revolver