Planteada en origen como una Roller-Disco Movie de bajo presupuesto, acabó convertida en una mezcla de cosas que a nadie en su sano juicio se le hubiese ocurrido mezclar, con una Olivia Newton-John en la cima de su carrera tras Grease, se encontró con un presupuesto que jamas hubiese soñado, y parece ser que no sabían muy bien como gastarlo.

Si algo esta claro desde el principio de la película es que es única en su género, el metraje transcurre sin que estés seguro de si es el peor bodrio de la historia o una obra maestra del mal gusto.

Finalmente, complejos fuera, llegas a la extraña conclusión de que es la hermana kitsch para todos los públicos de Rocky Horror Picture Show. Con un Gene Kelly entrado en años realmente entrañable.

Algo así como el cruce entre un musical Disney y el Tommy de los Who. Un segundo visionado y la amarás, aunque no lo reconozcas en público.