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Voto de claquetabitacora:
9
7,5
14.269
Animación. Comedia. Drama Champion, que ha sido adoptado por su abuela Madame Souza, es un niño solitario. Cuando ella se da cuenta de que el niño sólo es feliz sobre una bicicleta, lo somete a un riguroso entrenamiento. Años después, Champion ya está preparado para participar en la carrera ciclista más famosa del mundo: el Tour de Francia. Sin embargo, durante la competición dos misteriosos hombres vestidos de negro lo secuestran. Madame Souza y su fiel perro ... [+]
3 de noviembre de 2016
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Tras el éxito cosechado con el cortometraje de “La anciana y las palomas”, el cual plasmaba con todo lujo de detalles las miserias del hambre, Chomet empezó a idear una historia donde ciclismo, secuestro, mafia dentro de un ritmo musical endiablado y recurriendo una vez más a una animación (muy) tradicional alejada por completo de los cánones, estilos y marcas a los que occidente nos tiene acostumbrados, tomando forma para construir un todo realmente fascinante, deslumbrante y orquestado de manera convencional, acomodada a los viejos tiempos. Ya desde los primeros minutos acudimos a una animación anclada en lo primitivo, con Tex Avery y Max Fleisher por bandera o si acaso una pequeña pincelada (aunque no estoy muy seguro) de los Silly Symphonies más primigenios donde, por el contrario, el ritmo, la música, el estilo y los dibujos animados son endiabladamente rápidos, con un sonido, una ambientación y unas trillizas a ritmo del Swing más pegadizo que uno pueda imaginar.

Empleando para ello, como estilo narrativo en la fotografía, una cámara rallada, sintiendo la nostalgia de otros tiempos pero sin perder ni un segundo el compás. Sin lugar a dudas esta intro sirve como carta de presentación de las tres mellizas del título, que son un icono en sí mismo y que serán las que doten a la película la banda sonora a modo de narración musical junto con un ritmo impresionante. Como suele suceder siempre con Chomet, éste no puede quedarse amparado o anclado a un estilo o género único y así lo demuestra con la siguiente secuencia (al igual que sucedería en su siguiente obra, L’Illusionist): rompe por completo con el blanco y negro para dar paso al color, de tono tenue, apagado, casi de color sepia, como suelen recordarse los viejos tiempos (unos a los que el director, desde luego, aprecia y por los cuales siente añoranza). A partir de aquí, de este corte abrupto, el presente toma forma y en él aparecen dos de los protagonistas de esta historia. Una abuela y su nieto junto con el animal de compañía que será el eterno secundario y el que de vez en cuando aparezca para robar la atención del espectador.

El director, poco a poco, sin que nosotros nos demos cuenta, nos hace cómplices de las intenciones de esa señora mayor de aspecto entrañable, tierno y simpático que intenta descubrir qué le puede hacer feliz a su nieto. Una vez ella descubre qué puede llegar a ser el motivo de su alegría, una vez la abuela da con el leitmotiv de la película y lo que se convertirá en el eje fundamental de la película, que no es otra cosa que el ciclismo, la obra da el pistoletazo de salida a un guión milimétrico y realmente hipnótico tanto en su calidad como en su trasfondo. Es en ese instante donde vemos que la bicicleta es la razón cuando “Bienvenidos a Belleville” infunde respeto por este deporte y así lo demuestra en el personaje de la abuela, quien empleará todo su esmero (podría incluso decirse devoción) para su nieto entrene hasta límites insospechados y así pueda competir en el Tour de Francia. De forma sutil la obra sigue el empeño de los adultos, los que están al cuidado y protección de sus congéneres, los que empeñan todos sus esfuerzos para que las nuevas generaciones logren conseguir su cometido a expensas de sacrificios, esfuerzo y dedicación.

Pero esto es sólo la punta del iceberg. El cine de gángsters, el cine de suspense, el melodrama, el cine musical, la comedia, el cine de acción y sobre todo y ante todo el cine de aventuras formarán un puzle maravilloso donde todas las piezas están expuestas y trabajadas en su justa medida, dándole lugar a cada uno de esos géneros en su momento indicado y sin desmarcarse o sobresalir uno por encima de otro. Lo más sorprendente es que Chomet sabe qué encaja mejor en cada escena para hacer que todo esté expuesto de forma homogénea. De ahí que no haya nada dejado al azar, todo está milimétricamente orquestado para concebir una película que supera las expectativas y esperanzas puestas en algo que se aleja por completo de lo mainstream y aún así ofrece una clase magistral de cine en estado puro.

- continúa en spoiler -
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
claquetabitacora
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