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Voto de claquetabitacora:
6
Thriller. Intriga. Terror. Ciencia ficción Una joven sufre un accidente de coche. Cuando despierta se encuentra encerrada en una celda bajo tierra, secuestrada por un hombre extraño (John Goodman) que dice haberla salvado del día del juicio final. El excéntrico captor asegura que el exterior es inhabitable por culpa de un terrible ataque químico, algo que no sabe si creer. Es así como comienza su pesadilla, en una espiral de desconocimiento. La mente del criminal es ... [+]
4 de julio de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
[...] Dan Trachtenberg en su primera película tras varios cortos y apadrinado por el nuevo gurú del séptimo arte deja claro con esta nueva propuesta que lo suyo no es otra cosa que crear el suspense en un escenario cerrado, casi opresivo. Todo comienza con la protagonista, Michelle (Mary Elisabeth Winstead), apareciendo en escena en el interior de su hogar. No le vemos la cara, tan sólo su cuerpo y en una decisión final lo dejará todo (el anillo de compromiso encima de la mesa es toda una declaración de intenciones) para ir lo más lejos posible a ningún lugar en concreto. Después de un accidente de carretera y unos títulos de crédito un tanto deudores de la técnica empleada por el mítico Saul Bass la escena cambia por completo. Cuando ella despierta se encuentra recluida en una especie de búnker custodiado por Howard (John Goodman), un hombre misterioso, amenazante, de carácter difícil pero que a medida que avanza el metraje descubriremos que quizás su forma de actuar es más por protección paterno filial que por desconfianza o ataque. El tercer personaje en aparecer en el interior de este laberinto y que sirve como pieza de un ajedrez tenso es Emmett (John Gallagher Jr.) el cual que decidió ayudar a Howard a construir esta especie de fortaleza para poder salvarse de lo que parece ser un ataque alienígena que ha destruido a casi toda la población.

Con apenas cuatro líneas argumentales tenemos la base de este ejercicio de estilo claustrofóbico y que rinde en cierta medida un guiño y homenaje al maestro del suspense, Alfred Hitchock, tanto en forma como en fondo (la primera escena donde ella lo deja todo atrás recuerda con fuerza al primer tercio de “Psicosis”). Éste siempre mantenía la tensión de forma activa, dejando que lo cotidiano pudiese servir como arma arrojadiza o como envoltorio de una situación desesperada, angustiante y difícil de superar para el protagonista. En este caso “Calle Cloverfield 10” juega con una simbología poco ambigua: los monstruos, en muchas ocasiones, somos nosotros mismos. Tan sólo hay que ver la figura de John Goodman quien disfruta jugando al despiste, manipulando al espectador para que en ningún momento sepamos cuales son las intenciones reales para con los personajes que le rodean. Está claro que a pesar de ser un secundario de lujo el auténtico protagonista, más allá del propio escenario, es él. Su vis ambigua y su presencia amenazante le confieren un carácter de difícil definición. Es aquí donde radica la originalidad de lo que en un principio podría haberse convertido en un puro cliché y en algo más que sobado.

Para empezar Howard es un personaje que no nos muestra sus intenciones reales en ningún momento más allá de que tan sólo está ahí para proteger a los que le rodean, en este caso Michelle y Emmett. También lo demuestra en el momento en el que rescata del accidente a ella y la cura. Incluso les da directrices específicas a los dos para poder mantenerse a salvo en el interior de este refugio, el cual se encuentra con suficientes víveres para poder aguantar el tiempo que se encuentren en el interior. Pero a medida que vamos rascando y perforando en las capas emocionales que envuelven a este personaje descubriremos (no del todo) todo hasta donde llega la maniática opresión de un ser, en apariencia, bienintencionado. Su pasado irá aflorando a cuentagotas, tan sólo para descubrir que su autoridad se convierte en casi dictadura [...].

Otro de los mayores aciertos con los cuales cuenta “Calle Cloverfield 10” es que el género al que se supone pertenece tan sólo es la punta del iceberg. El terror malsano tan sólo es un envoltorio con el cual tapar lo que realmente esconde la película: un thriller psicológico a la antigua usanza que bajo un tono casi teatral, más que nada por estar rodado con apenas tres actores y dentro de un mismo escenario, va demostrando que el hombre es un lobo para sí mismo. Cada escenario es un campo de batalla para descubrir qué se esconde detrás de las intenciones, en apariencia, bien intencionadas del propio Howard. A medida que los dos jóvenes se alían mutuamente con intención de poder escapar de los dominios de su cautivador iremos descubriendo pequeñas píldoras de violencia tensa como aquella donde Michelle logra acceder a la parte más alta y descubrir un pendiente ensangrentado junto con una llamada de socorro grabada en la ventana o el descubrimiento de una foto reveladora que deja al descubierto que quizás y sólo quizás Howard es la auténtica amenaza [...].

Con un guión a tres bandas entre Josh Campbell, Matthew Stuecken y Damien Chazelle construyen una historia que a su vez también rinden pleitesía al espíritu de aquellas películas de serie B de los años 50 donde se dejaba ver ese terror social hacia la invasión de un enemigo desconocido o sin forma definida [...]. Con cierta influencia pop de casos tan concretos como “La guerra de los mundos” (H. G. Wells, 1898) y convirtiéndose por derecho propio en una especie de episodio aventajado de la mítica serie “The Twilight Zone” estamos ante un filme que a pesar de contar con algún que otro desafortunado error de concepción (la conversación entre Michelle y Emmett a través de las paredes resulta más un impostado efecto de soledad y distancia humana que un acierto en la narrativa) y que aún teniendo un metraje milimétrico hay cierta sensación de que hay algún que otro momento irregular que hace languidecer el ritmo un tanto todo cuanto contemplamos la película está al servicio del cine de evasión junto con un terror mucho más tenso cuando implica a los seres humanos (la aparición en el exterior de la mujer pidiendo auxilio, lo que acontece en el punto culminante ante el bidón del ácido, la resolución que toma Howard y toda la tensa persecución entre éste y Michelle por todo el lugar).

- continúa en spoiler -
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
claquetabitacora
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