Puede que "Domicilio Desconocido" sea la película más sólida de Kim Ki-DUk. A pesar de vertebrar su relato en torno a un melodrama coral, con múltiples personajes y tramas que se cruzan, destaca la concisión con que trata a cada historia, donde no sobra ni falta ningún plano. Y es que a diferencia del resto de su filmografía, donde sus ideas argumentales suelen divagarse y encauzar ciertos meandros narrativos, "Domicilio desconocido" destaca por su empaque y por la ausencia de digresiones incómodas.

Ki-Duk vuelve a presentarnos a unos personajes que se agarran al dolor como única forma de comunicación, y en este caso arremete contra la marginación, la discriminación racial, y la política norteamericana en Corea del Sur.