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España España · Sevilla
Voto de Dylan:
6
Comedia Un buen día, el alcalde del pueblo de Rebollar de la Mata crea el Ente Autonómico Serrano. Los alcaldes de los pueblos vecinos ven la idea con buenos ojos, ya que como consejeros autonómicos disfrutarán de buenos sueldos, lujosos coches oficiales y todo tipo de dietas. Para ponerse a la altura de las principales autonomías llegan incluso a implantar un idioma propio: el "farfullo". (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2012
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vizcaíno Casas es el autor del texto en el que se basa esta película pobre en medios pero visionaria en muchos aspectos. La mayoría de las críticas que leo son sobre su carácter “antidemocrático”. Realmente el autor de la obra podría indentificarse con el personaje del coronel, nostálgico del franquismo, desconfiado de todo el proceso autonómico y golpista a la primera de cambio. Los personajes son todos arquetipos: el cura comunista hijo del Concilio Vaticano II, los chupópteros del ayuntamiento, los guardias del pueblo, el funcionario servicial y acomodaticio, los clichés asociados a tópicos regionales... etc.

Lo que retrata la película, desde un punto de vista sociológico, es la falta de conocimiento de todo un pueblo sobre qué demonios era eso que llamaban democracia. Muchos creyeron que era pillar dinero público y gastarlo de forma arbitraria e ideológica a mayor honra de unas instituciones que parecían artificiales e impuestas. Sólo necesarias e indispensables para quien se estaba beneficiando directa o indirectamente de las arcas públicas.

Hoy día, en un país que no elige a sus representantes sino que sólo vota a partidos que disponen todo, España sigue siendo un país no democrático que cree que tiene conquistada la libertad política que los herederos del franquismo (todos, UCD, PSOE y comunistas) consiguieron bloquear a base de dar cancha a los reyezuelos autonómicos. Como se muestra en muchas escenas de la película donde se vota pero no se elige.

El “facha” Vizcaíno Casas fue un franquista redomado con sentido del humor que aunque no tenía ni idea de democracia intuía que lo de las autonomías no tenía mucho futuro. Entonces señaló los frágiles cimientos de un edificio que, como se ve en estos tiempos, se está desmoronando.

Hay que tener mucho sentido crítico y del humor para ver esta película. No es buena técnicamente pero se aprende con el ridículo bufonesco de los tópicos españoles y los tics nacionalistas.

Eso sí, no es recomendada para ningún tipo de nacionalista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dylan
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