Una niñera salida (de la nada) se presta para cuidar y educar a unos cuantos niños repelentes y, de paso, iniciar un incansable tonteo con el padre que, además de calvo, es rico y con una paciencia enorme (tanta paciencia se le adivina, por cierto, a través del pantalón y en la zona de la entrepierna) Este detalle cautiva y anima a la niñera a lucir los modelitos más apretados que puedan existir y marcar muslo y pechuga sin que medie justificación aparente. Ejemplo: ¿Que va a comprar el pan? pues se embute en licras con lentejuelas y se desabrocha un par de botones del top. ¿Que necesita salir a tirar la basura? Pues sale sin bragas y luciendo minishorts aupados hasta las axilas de diseño.
Si no fuera por la ración de carne extra y el desatado muestreo de escote y morbideces, yo diría que se trata de una revisión ¿moderna? de Mary Poppins... ¡pero en bióloga! A todo esto, súmenle el reparto infantil más infame de la historia de la televisión y sabrán un poco de lo que hablo.

Resumiendo:

- Si te quieres reír y vomitar al mismo tiempo, no te la pierdas.
- Si quieres dejarte imbuir por el espíritu retorcido de Herodes, esta serie te dará, sin duda, unas cuantas ideas y modelos para practicarlas.
- Si quieres poner a prueba tu resistencia contra la vergüenza ajena, no dejes de verla.