Robbie, un joven de Glasgow (Paul Brannigan) es condenado a servicio comunitario por cometer varios delitos. Su novia está embarazada y las disputas con su suegro son permanentes. Cuando el trabajador social Harry (John Henshaw) le introduce en la cata de finos whiskys de malta, Robbie descubre una destilería en el cual albergan un raro whisky escocés por valor de miles de libras y proyecta un plan para cambiar su miserable vida...

Cuando el Whisky madura hay algo se escapa del barril y se evapora en el aire, se conoce como "La parte de los ángeles", y, pensándolo bien, es un título muy apropiado para la historia.
La película de Loach tiene sentido del humor y un delicado toque de ligereza. En este caso Loach pierde su acostumbrado cine social con tintes dramáticos y la película se convierte en una alegre travesura.
Todos los artistas tienen una entrega admirable y, en algunos casos, el trabajo excelente. Un talento que Loach ha mostrado en los últimos años, la habilidad en encontrar a estos jóvenes actores de calidad.

Un ligero y optimista cambio de ritmo de Ken Loach al que los fans no estarán muy acostumbrados, pero que nos ofrece una de sus películas más alegres hasta la fecha.

Un 6, me alegró el día.