No es fácil entender que esta producción rusa haya pasado casi desapercibida, sin apenas atención por parte de los medios y muy escasa promoción por parte de la propia plataforma, Netflix, en la que se emite. "Trotsky" es una excelente biografía ficcionada, en ocho capítulos, del activista que fue, junto con Lenin, el principal artífice de la revolución bolchevique de 1917. La factura visual es espléndida, la estructura narrativa férrea y, al mismo tiempo, dinámica e intensa. Y los actores inmejorables, incluso en su parecido físico con sus referentes reales. Pero tal vez lo mejor de "Trotsky" sea el propio tratamiento del personaje del revolucionario ruso, asunto en el que los directores consiguen una difícil ecuanimidad alejada tanto de la hagiografía como de la execración. Cualquier espectador interesado en la revolución rusa, en la historia del comunismo o simplemente en la Europa contemporánea debería verla.