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España España · Madrid
Voto de Eugenio:
1
Terror. Thriller En la tranquila y pequeña ciudad de Riverton, dice la leyenda que un asesino en serie juró regresar para matar a los siete niños que nacieron la noche que él murió. Muchos años después vuelve a haber desapariciones. ¿Se ha reencarnado el psicópata en uno de los siete adolescentes o sobrevivió aquella noche que le dieron por muerto? Sólo uno de los chicos sabe la respuesta. (FILMAFFINITY)
12 de junio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Almas Condenadas está sacada del fondo de armario del conocido Wes Craven. Se compone de ideas apolilladas y fórmulas que innovaron en el cine de terror de los ochenta y noventa. Pero no ahora. Éste infortuito trabajo no es propicio de un director con tanta rodadura. Resulta ser un popurrí descuidado lleno de parches sacados de ideas procedentes de sus anteriores películas y además, mal disimulados. Parece que Craven estaba más pendiente de Scream4 que dirigiría al año siguiente que de ésta empresa. A diferencia de proyectos similares, se estrenará en la pantalla grande porque tiene un público fiel. Aun así, lo adelanto con convicción, su público se verá defraudado.

Las planificaciones de realización resultan poco cuidadas. El manejo del suspense es irregular o nulo ya que tiene prisa por asustar con artimañas visuales y los bombazos del Dolby más que con el buen uso del tempo. Me pareció más una TV movie regular que una obra cinematográfica.

El guión flaquea con agujeros por todas partes. Como si Freddy Krueger lo hubiera revisado para dar la luz verde. Las situaciones son incomprensibles. La premisa forzada. El desenlace sólo sorprende por su falta de sorpresa. Los personajes flojos, unos adolescentes que no molan ni para los adolescentes. Si algo de verdad me rechina es el ambiente escolar: una exageración de “malotes” y “pringaos” patética por ambos lados. Además, se trata el sexo fuera de contexto.

Pretende hacer un homenaje a Hitchcock con referencias a Los Pájaros lo que genera un contraste bochornoso. Entre los fetiches destaca un cóndor que al igual que los buitres, se alimenta de carroña.
Eugenio
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