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España España · Barcelona
Voto de David MS:
6
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
11 de enero de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer se dieron a conocer las nominaciones a los Oscars 2013, una lista encabezada por las 12 nominaciones de Lincoln, 11 de La Vida de Pi, 8 para Los Miserables y El Lado Bueno de las Cosas, con 7 Argo, y 5 para Skyfall, La Noche Más Oscura, Amor y Django Desencadenado, la última película de Quentin Tarantino. Las categorías en las que ha conseguido mención son: mejor película, actor secundario (Christoph Waltz), dirección de fotografía (Robert Richardson), guión original (Tarantino) y edición de sonido. Al éxito crítico, añadir el triunfo comercial con un número 1 en el Box Office USA, y una recaudación que hará de ella el mayor triunfo comercial del director de Pulp Fiction, lo que no es moco de pavo.

Tras tres años de ausencia desde la bélica Malditos Bastardos, Tarantino vuelve con un género maldito como el Western, en una historia de venganza escrita por él mismo. Lo protagonizan Jamie Foxx, Christoph Waltz (repitiendo con Tarantino tras ganar el Oscar por Malditos Bastardos), Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, breves apariciones de Don Johnson, Jonah Hill, Michael Parks y Franco Nero en un cameo que es un homenaje a su papel en la película de Sergio Corbucci, Django (1966), de la que Tarantino ha cogido el nombre para bautizar a su nuevo largometraje.

Django (Foxx) es un esclavo negro que es liberado por un cazarrecompensas alemán (Waltz) a cambio de que le ayude a reconocer unos bandidos por los que se pide una gran suma de dinero. Tras la operación, provechosa, ambos deciden seguir trabajando juntos hasta el día en que Django decide que es momento de recuperar a su mujer (Washington), sirvienta del perverso propietario de una plantación, Calvin Candie (DiCaprio).

¿Verdad que el argumento no da para gran cosa? Pues Tarantino se las ha ingeniado para hacer de él una película de cerca de tres horas de duración en la cuál hay tantos aspectos positivos como otros que afectan claramente su visionado -y sí, esta es una de las críticas que no dejan lo nuevo de Tarantino como una obra maestra del séptimo arte, principalmente porque no lo es-.

Por supuesto Tarantino sigue teniendo idea de dirigir cine, sea por sus inabarcables conocimientos cinéfilos, o porque el tío realmente tiene un talento innato para rodar. En Django Desencadenado hay buen cine, especialmente en una primera hora vertiginosa que tiene los mejores momentos, los que se centran en la relación entre los personajes de Foxx y Waltz y sus sanguinarias pesquisas, con unos tiroteos que beben del western al que pertenece pero con mucha más sangre.

Empeora Django Desencadenado cuando llega el bloque central de la película, con los personajes de sobra bien presentados y con conocimiento de cual es el plan para recuperar la esposa de Django. Es entonces cuando la película se acomoda entre idas y venidas de los dos héroes con el villano encarnado por DiCaprio, con interminables copichuelas, viajes y banquetes plagados de charlas algo vacuas sobre racismo, peleas de negros, y los piques verbales de un chulesco y poco modesto Django con todos los esbirros del malvado. Simplificando, la parte central de Django Desencadenado es el peor acto hecho por Tarantino en cualquiera de sus películas, amén de contar con unos diálogos lejos de la brillantez que se le presuponen al genio director de Kill Bill.

Y aunque la cosa rebufa con un tercer acto -también algo alargado- Tarantino no puede hacernos olvidar que por lo menos una de las casi tres horas que dura Django Desencadenado ha sido un coñazo. Un tijeretazo en el montaje habría solventado y mejorado el resultado.

Destacar dos aspectos que siempre están bien en las películas de Tarantino:

- Los actores, en especial el nominado Christoph Waltz, repitiendo el papel simpático y gamberro que viene repitiendo en cada nueva película en la que interviene -pero sin cansar-, el siempre infravalorado Leonardo DiCaprio, un bien caracterizado y cascarrabias Samuel L. Jackson, y el parco héroe, un Django que es el personaje menos interesante de los protagonistas, aunque le han dado unas cuantas líneas de diálogo envenenadas para que tenga ocasión de lucirse.

- Tarantino es un melómano, prueba de ello todas sus bandas sonoras, entre ellas este Django: John Legend, Johnny Cash, James Brown & 2Pac, Frank Ocean, Jerry Goldsmith (BSO de Bajo el Fuego) y por supuesto aportaciones de Ennio Morricone (BSO' de Dos Mulas y una Mujer). Personalmente me quedo con el tema principal, Django, de Luis Bacalov, utilizada en el western de mismo título.

Con Django Desencadenado Tarantino ha perdido algo de frescura pero ha mantenido -y hasta mejorado- los inmaculados aspectos técnicos que acompañan a sus películas desde que debutara hace veinte años con Reservoir Dogs. Se puede decir que es la peor de su carrera, todo un merito pues no es para nada una película despreciable. Nos tenía mal acostumbrados.
David MS
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