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España España · Barcelona
Voto de David MS:
7
Drama Billy Hayes (Brad Davis), un joven estadounidense, fue detenido en el aeropuerto de Estambul cuando se disponía a subir a un avión con varios paquetes de hachís. Acusado de uno de los delitos considerados más graves en Turquía, Billy es condenado a cuatro años de cárcel. En prisión sufrirá las atrocidades propias de un sistema penitenciario brutal e inhumano. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me entusiasma mucho el cine de Alan Parker, pese a lo cual, he de admitir que cada película que he visto de él es bastante apreciable. Éstas serían El Corazón del Ángel (la mejor), Arde Mississippi y Las Cenizas de Ángela. Aunque las experiencias han sido buenas, nunca me han llevado a querer profundizar en una filmografía repleta de largometrajes que solo de leer los títulos me producen pereza: Fama, La Vida de David Gale, El Balneario de Battle Creek, Evita...

Uno de sus largometrajes más celebrados es El Expreso de Medianoche, la adaptación de la autobiografía de William Hayes (Brad Davis), un joven americano que en plena crisis entre los Estados Unidos y Turquía, fue capturado en el aeropuerto de Estambul con dos kilos de hachís e ingresado en prisión, con una condena excesiva (para dar ejemplo) y con maltrato y vejaciones por parte del personal de seguridad. A Brad Davis le secundan un par de conocidos actores, Randy Quaid y John Hurt, este último nominado al Oscar.

Mencionando tales galardones, en la ceremonia del año correspondiente, el film de Alan Parker consiguió 6 nominaciones: mejor película, mejor director para el propio Parker, la citada a John Hurt a mejor actor secundario, mejor montaje, la banda sonora compuesta por el gurú de la música disco, Giorgio Moroder, y el de mejor guión adaptado a un joven Oliver Stone. Ganó los dos últimos, consiguiendo Stone por cierto, el primero de los tres Oscars que tiene (los otros son en la categoría de mejor director por Platoon y Nacido el 4 de Julio).

Bajo mi punto de vista seis nominaciones son excesivas, y es curioso que ganara los dos que considero los puntos débiles de una película que, por otro lado, es bastante correcta y modélica. Con un Alan Parker que siempre filma con clasicismo y sin demasiadas estridencias, director que atraerá más o menos pero siempre es efectivo en lo básico, contar una historia. En El Expreso de Medianoche lo consigue, aunque el mayor de sus logros es conseguir que nos metamos en la piel de su protagonista y sintamos lo mismo que William Hayes en las dos horas de metraje: tensión (a través de los 'pum pum' del latido de su corazón en la introducción y desenlace), frustración (cuando le alargan la condena), ira (la paliza de Hayes al chivato, su testificación) y la desesperación y falta de esperanza que se apoderan del personaje a medida que pasan los años y ve como pasa la vida en el infierno por un delito menor. Todo mostrado con crudeza y realismo, con una fotografía natural que acentúa estos elementos.

El talón de Aquiles de El Expreso de Medianoche es el premiado guión, es otra película más sobre alguien encerrado en prisión tratando de escapar y las perrerías que le hacen dentro, si bien, los maltratos al protagonista son escasos y todos suceden en sus primeros días en prisión, después es como si cayera en el limbo y no pasara mucho más en su estancia allí. No quiero decir que el guión sea malo, pero por ejemplo, unos años después se estreno Encerrado con Stallone, una película de guión similar, y a nadie le dio por premiar ni alabar la labor del guionista (quien quiera que fuese). Otra tara del guión y de cómo está llevada en pantalla El Expreso de Medianoche es la tendencia a mostrar cuanto de malo son los turcos, ni uno bueno. Esto hizo que unos años después tanto William Hayes como Oliver Stone pidieran perdón por la imagen que se deja de este pueblo. Aunque es entendible que Hayes les guardara todo el rencor del mundo, no así Stone que exageró muchas situaciones.

El otro aspecto mejorable es la banda sonora de Giorgio Moroder, orgánica, de aires árabes, hoy suena muy demodé años 80, anticuada, no es que sea mala, pero no pienso que sea la adecuada ni que tenga la carga dramática para una película de estas características. Impensable que le dieran un premio. En este apartado, a rememorar (negativamente) la música y el montaje de unas escenas homoeróticas que por un momento hacen pensar que esta cinta carcelaria se va a convertir en la precursora de Brokeback Mountain.

Los intérpretes, bien. Brad Davis hace el mejor papel de una carrera que no ofreció mucho más, además truncada al morir prematuramente de SIDA en 1991. John Hurt es un excelente actor y aquí ya lo demostraba. El resto es más testimonial y dentro de lo competente: Irene Miracle, Randy Quaid, Bo Hopkins y todos los actores que encarnan a los turcos, temerarios y con mala gaita.

Pese al éxito que tuvo en su momento, 34 años después nadie parece recordar este film de Alan Parker, y tampoco diré que merezca una reivindicación, películas carcelarias que superen El Expreso de Medianoche tanto en calidad como en brutalidad son múltiples, pero no quita que sea una propuesta recomendable y bastante conseguida.
David MS
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