Si la anterior película sobre la que escribí, Grand Piano, fue presentada en el Festival de Cinema Fantàstic de Sitges del pasado 2013, lo mismo se puede decir sobre la que escribo ahora, una Agárrame Esos Fantasmas que lo hizo en el certamen de 1996. Se trata de una producción de Robert Zemeckis, co-producción entre USA y la Nueva Zelanda natal del director que ponía guión e imágenes al film, Peter Jackson debutando con una película de gran presupuesto y actores más profesionales: Michael J. Fox, Trini Alvarado, Jeffrey Combs, Dee Wallace y Jake Busey.

No lo digo yo, lo dice la introducción del director en la edición 4 CD's conmemorativa del décimo aniversario del estreno, se trata de una película puente, que une la etapa independiente y más alocada del cine que hacia al principio (Mal Gusto, Braindead y la más dramática y sobria Criaturas Celestiales) con el que haría posteriormente (El Señor de los Anillos, King Kong).

Frank Bannister (Fox) es un cazafantasmas, también un farsante. Es cierto que tiene la habilidad de comunicarse con los muertos, pero todos los casos que resuelve se deben a la unión amistosa que tiene con los poltergeist para sacar tajada económica. La aparición de un ser que es la aparente muerte es el detonante de un caso más serio que tiene que ver con fantasmas -literales y figurados- pasados. La verdad es que mi sinopsis no le hace justicia a de qué va la película, pero Agárrame Esos Fantasmas tiene muchas subtramas que interfieren con la principal y que lo embrollan todo un poco.

Agárrame Esos Fantasmas es una película pastiche, mezcolanza de variedad de géneros y subgéneros. A veces parece que estemos viendo una comedia, otras cine de terror, hay toques de cine fantástico a lo Cazafantasmas, y en la siguiente escena un flashback nos puede llevar a pensar que estamos ante una versión bastarda de Asesinos Natos. Incluso hay lugar para el cine parodia con el personaje del Sgt. Hartman de La Chaqueta Metálica en versión difunta. La mayor parte de estos géneros funcionan de manera notable; tal vez el único no tan inspirado es el cómico, solo dominante en el primer acto.

La mejor y que más me gusta es que la película es bastante ocurrente, hay un derroche de imaginación puesta en ella; el guión es original, la dirección tiene la locura e ilusión del primer cine de Jackson con medios del cine de primer nivel, lejos de lo amateur de sus primeros trabajos. Cada escena de acción es un prodigio de cómo enmarcar por parte de Jackson, más aún cuando son combinadas con los efectos especiales de su propia compañía de efectos especiales, Weta Digital. El ritmo además es trepidante, y cómo la duración es muy ajustada -96 minutos- y no paran de pasar cosas, aún se hace más ligera.

Siendo una producción que debía servirle para foguearse para citas más importantes, se trató de una carta de presentación bastante buena y una muestra de lo que podía hacer con presupuestos más abultados. De ahí que después lo clavara mucho más con la trilogía de El Señor de los Anillos.

Otros aspectos a destacar: la galería de personajes excéntricos (el policía que interpreta Jeffrey Combs, o el villano), o la recreación fantasmagórica del pueblo de Fairwater y cada uno de sus siniestros rincones. Negativamente, el título traducido al castellano, de The Frighteners (Los Asustadores) a Agárrame Esos Fantasmas.