Primera producción de James Cameron tras el éxito de Avatar en 2009, en este caso las tareas de dirección se las deja al desconocido Alister Grierson, que hasta ahora solo contaba con un desconocido largometraje llamado Kokoda en su haber. Cuenta para su película más importante hasta la fecha con un reparto plagado de australianos y algún actor británico, ellos son: Richard Roxburgh (Moulin Rouge!), Ioan Gruffudd (Los 4 Fantásticos), Rhys Wakefield, Alice Parkinson y Dan Wyllie.

El argumento es bien simple, Nueva Guinea, un grupo de espeleólogos que están estudiando las profundidades de una cueva se quedan atrapados después del paso de un ciclón, es entonces cuando tienen que encontrar una salida si no quieren morir ahogados o de hipotermia. El Santuario hace especial hincapié en la relación de dos de los protagonistas: un padre (Roxburgh) y su hijo (Wakefield), al que esta aventura les servirá para conocerse mejor.

Perteneciente al subgenero de las 'Survival movies', El Santuario es una película de supervivencia en condiciones extremas, que como todo lo que hace en la actualidad su productor tiene el plus de estar rodado en IMAX y 3D, si bien puede llevar a engaño a aquellos que quieran ver un largometraje de titánicas proporciones, más bien al contrario, es una propuesta modesta sin más pretensión que la de hacer pasar un rato entretenido. Lo consigue en cierta medida gracias a su ambientación submarina, el ritmo que le da Grierson una vez aparece el conflicto, algún momento de angustia y la buena labor del único actor que sabe estar en pantalla, Richard Roxburgh.

No hay que pedirle peral al olmo, El Santuario no ofrece nada más, entre sus contras decir que desprende un tufillo que la acerca a producciones televisivas como El Último Superviviente con Bear Grylls, pasado por el look de 'TV Movie' aventurera de domingo por la tarde. Lo que la convierte en blanco fácil de críticas para aquellos que le tienen manía a todo lo que hace su productor, James Cameron.