Suele dar bastante rabia cuando la gente clama al cielo porque uno de esos directores tan ‘personales’ que ellos defienden como el salvador del cine, vende su alma al diablo y presentan una película digamos mainstream. Es entonces cuando le acusan de haberse vendido y desde entonces se dirá que el cine que molaba era el que hacía antes, que ahora es muy comercial.

Ese ejemplo sería válido para Michel Gondry, que tras una reputada carrera como realizador de videoclips, algún corto y cuatro películas a sus espaldas, ha estrenado recientemente The Green Hornet, la adaptación de un serial radiofónico creado por George W. Trendle y Fran Striker, que tuvo una versión televisiva con Van Williams y Bruce Lee. Lo nuevo de Gondry cuenta con un presupuesto de 120 millones de dólares, mucha acción, comedia y caras conocidas del Hollywood actual. Las críticas no han tardado en llegar antes incluso de ver la película por parte de todos estos que mencionaba en la introducción.

Si tienen razón o no en poner en duda la calidad del nuevo film de Gondry... pues en este caso están bien encaminados, aunque la carrera de Gondry cinematográficamente hablando tampoco es como para tirar cohetes, salvo la excelente ¡Olvídate de Mí!

Britt Reid (Seth Rogen) es un hijo de papá irresponsable que tras la muerte de su padre (Tom Wilkinson), el director de un importante periódico, se pone al frente de la empresa junto al sirviente de su padre, Kato (Jay Chou), aprovechando la posibilidad de gestionar el periódico para poner en primera plana las pesquisas justicieras de The Green Hornet y su ayudante, en realidad los mismos Reid y Kato ejerciendo de superhéroes, provocando el consiguiente mosqueo de un capo, Chudnosfsky (Christoph Waltz), que con su banda maneja toda la actividad delictiva de la ciudad.

Un guión repleto de los típicos y tópicos de las ‘Buddy Movies’ de siempre, repleto de bromas y de escenas de acción, con dos protagonistas muy diferentes entre sí que unen fuerzas, con triángulo amoroso incluido, villano con acento extranjero, y donde lo poco a destacar son los gadgets y el diseño del vehículo The Black Beauty, uno de los puntos positivos del largometraje.

Tampoco hay que sorprenderse. Viendo quienes son los guionistas de The Green Hornet podemos esperar que clase de producto vamos a ver, el libreto está firmado por Evan Goldberg (Superfumados, Supersalidos) y Seth Rogen, su protagonista, que llenan el metraje de gilipolleces para que el mismo Rogen tenga ocasión de lucirse, con poca fortuna añadiría. No es el único hándicap, como partenaire se ha elegido a una de las peores actrices de la actualidad como Cameron Diaz, gracias a dios con escaso peso en la trama pero igual de irritante que siempre. El resto es un Jay Chou válido para las artes marciales, un cómico Christoph Waltz en su primer papel tras ganar el Oscar por Malditos Bastardos, Tom Wilkinson, Edward James Olmos, un olvidado Edward Furlong haciendo de Edward Furlong (de drogata) y un cameo de James Franco.

De la realización de Gondry apuntar que es lo que mantiene el interés de The Green Hornet. Si uno no acaba aburrido o dejando de lado su visionado es tanto por las notables escenas de acción como por los recursos técnicos de los que hace gala el director de Versalles: desde partir la pantalla (visto en su propio video de Sugar Water para Cibo Matto), el uso del bullet-time visto en Matrix (que él usó por primera vez en un spot de Smirnoff) o el efecto de multiplicar los elementos (que también utilizó para el video Hardest Button to Button de The White Stripes), en realidad nada que Gondry no haya hecho antes y que nos sorprenda, pero lo justo para nos entretengamos viendo The Green Hornet.