Fast & Furious 7 es la siguiente película de James Wan, dejando de lado atrás, parece que definitivamente, el cine de terror; lo que quiere decir que aquellos que se han asustado estos años de Expediente Warren: The Conjuring (2013) e Insidious (2010) podrán dormir más tranquilos por las noches. Este 2013 ha llegado la secuela de esta última, uno de los éxitos de 2010 que sorprendió y acojonó a muchos. En retrospectiva, Insidious me sigue pareciendo una buena película, una buena puesta al día del cine sobre fantasmas que se hacía en los ochenta, como Poltergeist, El Ente o Al Final de la Escalera.

Leigh Whanell, guionista de aquella -y de Saw (2004), también de Wan- escribe de nuevo el guión, tratando de alargar el chicle, siguiendo con la historia de la familia Lambert y las presencias fantasmales insidiosas que les acechan. Repite el reparto al completo de la anterior: Patrick Wilson, Rose Byrne, Barbara Hershey, Ty Simpkins, Lin Shaye, Leigh Whannell y Angus Sampson. Por cierto, que leer esta crítica sin haber visto la anterior no tiene mucho sentido, contiene spoilers de la primera película.

En especial sobre el epílogo, la escena que venía después de que todo el embrollo parecía haberse solucionado. Insidious: Capítulo 2 empieza con un flashback que nos pone en antecedente, pero a partir de ahí la película gira sobre algo que ya nos quedó claro en una sola escena, el final de la primera parte; lo que volvió del viaje astral -por salvar a su hijo en coma- no es Josh Lambert (Wilson), es la señora que le perseguía desde niño con intención de robarle el cuerpo.

Se dan vueltas sobre algo ya sabido y eso hace que parte de la primera hora de Insidious sea algo redundante, aunque no falten un par de sustos, esta vez más relacionados con los efectos de sonido o la inutilidad de los protagonistas chocando contra algún elemento/actor en pantalla, que con las presencias del más allá, algo más dormidas esta vez. Esta primera hora sirve también para explicar el origen de la señora que persigue a los Lambert, quién era en vida y qué hacía, la trama paralela que se da con los personajes de Barbara Hershey y los investigadores paranormales de la primera (Whannell y Sampson).

James Wan puede dirigir y dirige de p**a madre, la ambientación que la da a todo, y cada una de las escenas, encuadradas de manera que no sabes cuándo va a llegar el susto aunque sabes que te lo vas a llevar. Otra cosa es que el guión no acompañe, el caso de Insidious 2. La primera no creaba nada original pero reciclaba de manera perfecta los clichés del cine de terror de casas encantadas para contar algo nuevo. Esta segunda repite esquema pero sin contar nada que no sepamos, el citado origen del villano/a y cómo volverá el cabeza de familia de su periplo por el otro lado -viaje en el tiempo incluido, lo único reseñable de un guión perezoso-.

Sigue estando por encima de la mayoría de cine de terror que se estrena hoy en día, pero decepciona, más viendo los logros del mismo Wan este 2013 con The Conjuring. Haciendo un símil con una saga de corte similar, Insidious: Capítulo 2 es a Insidious 1 lo que Poltergeist 2: El Otro Lado (1986) fue a Poltergeist (1982), un considerable bajón.