Remake de la desconocida película israelí Ha-Hov, La Deuda es una película de John Madden, firmante de Shakespeare in Love, realizador que desde entonces no ha tenido ningún otro film relevante en Hollywood (su último film por ejemplo, Killshot, ni siquiera llegó a estrenarse en salas cinematográficas). Para su nuevo film cuenta con un reparto de campanillas con algunos de los rostros más importantes del cine actual: Helen Mirren, Sam Worthington, Jessica Chastain, Tom Wilkinson y Marton Csokas entre otros.

La trama sigue a tres miembros del Mossad (Worthington, Chastain y Csokas) reclutados para atrapar a un sanguinario doctor nazi (Jesper Christensen) que mutiló a incontable gente con sus experimentos, y como los agentes llevan a cabo su misión con más problemas de los esperados. Todo ello está contado a modo de flashback mediante los recuerdos de la agente (Mirren haciendo de Chastain), que revive los hechos debido a un libro que ha publicado su propia hija, avivado además por el reciente suicidio de uno de sus dos compañeros (Ciaran Hinds haciendo de Worthington) por unas novedades acontecidas en el caso.

Interesante thriller de espionaje muy del estilo años 70, bien realizado por un Madden que dota al conjunto del suspense necesario (el secuestro del doctor), que acierta en el uso de la violencia (la huida del mismo doctor del apartamento donde le tienen secuestrado), que narra de manera modélica el triángulo amoroso que se forma entre los tres agentes del servicio de inteligencia israelís, y que, además, se guarda alguna que otra sorpresa que es mejor no desvelar. Si bien, los momentos donde el director se muestra más acertado son los cara a cara que libra el personaje del doctor con cada uno de los secuestradores, de lograda tensión, gracias a la labor de sus actores, en especial Jesper Christensen.

Entre sus defectos, pocos, pero si se echa en falta un desenlace que hubiera cogido un derrotero distinto, no tan transitado por muchas otras producciones, como si no hubiera sido posible encontrar un clímax donde poder obviar el enfrentamiento entre buenos y malos, pero es un mal menor dentro de un satisfactorio largometraje.

Añadir que en otros apartados encontramos en la producción y en el guión un nombre tan interesante como el de Matthew Vaughn, conocido por ser el director de X-Men: Primera Generación, Kick-Ass y Layer Cake, también productor de las mejores películas de Guy Ritchie. A él se le suma en el apartado musical Thomas Newman con una buena banda sonora que acentúa todos los elementos bien llevados a cabo por Madden, aunque aún lejos de sus trabajos para American Beauty y Cadena Perpetua.

En el reparto una gran Helen Mirren, junto a Meryl Streep la mejor actriz de la actualidad, le acompañan secundarios de lujo de tan sobradas condiciones como Tom Wilkinson y Ciaran Hinds (que ya participó en la similar Munich de Steven Spielberg). Encarnando a los mismo personajes de jóvenes tenemos a Jessica Chastain, de moda ahora por El Árbol de la Vida, a la que una narrativa más convencional le ayuda a demostrar mejor su talento como actriz, un magnético Marton Csokas, y un algo más expresivo que de costumbre Sam Worthington, aunque el mejor actor de todo el reparto es un cruel Jesper Christensen como villano de la función.

Una buena muestra de cine adulto que pese a dejar con buen sabor de boca le falta algo para ser una película notable. Así y todo, una propuesta altamente recomendable.