La serie de TV creada por Bruce Geller, Misión: Imposible -emitida por la CBS entre 1966 y 1973-, supuso el debut de Tom Cruise como productor en su intento de llevarla a la pantalla grande. Fue en 1996 con notorio éxito, momento desde el cual han llegado tres secuelas más y otra que va en camino. El propio Cruise se reservó el papel principal en la saga, la única en la que ha participado el actor a lo largo de su carrera. Los directores sí han ido cambiando, aplicando cada uno su estilo fílmico a la franquicia, el primero de ellos Brian De Palma.

El reparto: Tom Cruise como el agente Ethan Hunt, Jon Voight, Emmanuelle Beart, Henry Czerny, Vanessa Redgrave, Jean Reno, Emilio Estevez, Kristin Scott Thomas y Ving Rhames interpretando el único carácter que ha repetido con Cruise en el resto de la serie.

El FMI -Fuerza de Misión Imposible- se encuentra tras la pista de un diskette que contiene el nombre de todo agente en clave trabajando para la organización. Lo que parece una misión rudimentaria se complica cuando todos los agentes del FMI encargados del caso son asesinados, solo salvándose un Ethan Hunt (Cruise) a partir de ese momento perseguido por la CIA, que le considera el principal sospechoso.

Buen trabajo cada vez que una nueva Misión: Imposible ha llegado a las pantallas, pero nunca igualando lo conseguido con esta primera entrega, ejemplo del cine de espías en su vertiente más comercial. Brian De Palma realizó una película de encargo, y casó en ella su peculiar estilo de cine. Cámara subjetiva, cámara atravesando las paredes, planos aberrantes, y recursos de guión como dobles personalidades, la femme fatale o algún momento de ensoñación por parte del protagonista. Tics habituales en el cine del director, pero adaptado a una producción con una pretensión más light, la de ser simplemente un divertimento.

Considerado por muchos como discípulo de Hitchcock como maestro del suspense, De Palma creó escenas para el recuerdo en este mismo género, en cada uno de los tres actos. El inicial con la trampa que le tienden a Hunt/Cruise, el central con el memorable e imitado robo de un diskette en el cuartel general de la CIA en Langley, y el desenlace con el excelente flashback aclaratorio y posterior y explosivo clímax en el tren. Cine de encargo pero aportando su sello personal, lo mismo que haría su admirado Hitchcock en la también muy comercial Con la Muerte en los Talones (1959).

Otros aspectos a destacar: el carisma de Cruise, la presencia de Ving Rhames y Jean Reno, la banda sonora de Danny Elfman -recurriendo cuando es necesario a la partitura de Lalo Schifrin-...