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España España · Barcelona
Voto de David MS:
3
Drama En 1941, Barton Fink viaja a Hollywood para escribir un guión sobre el luchador Wallace Berry. Una vez instalado en el Hotel Earle, el guionista sufre un agudo bloqueo mental. Su vecino de habitación, un jovial vendedor de seguros, trata de ayudarlo, pero una serie de circunstancias adversas hacen que se sienta cada vez más incapaz de afrontar su trabajo. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2012
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto film de los hermanos Coen, estrenado en 1991, fue unánimemente aclamado por la crítica llegando a ganar los tres premios más importantes del Festival de Cannes de la edición de aquel año: los galardones a Mejor Director, Mejor Actor y la Palma de Oro a la mejor película. Barton Fink es una película algo inclasificable que puede ser contemplada con diferentes lecturas pero que yo solo analizaré en el sentido del entretenimiento puro.

Barton Fink (John Turturro) es un dramaturgo que triunfa en Nueva York con su nueva obra, y que acepta el encargo de escribir su primer guión para una película en Hollywood que producirá Jack Lipnick (Michael Lerner). Fink se aloja en el hotel Earle, donde sufrirá una crisis creativa que le impide escribir, que tratará de solucionar pidiéndole consejo a un escritor alcohólico (John Mahoney) y tomando copas con el residente de la habitación de al lado, un vendedor de seguros pasado de peso (John Goodman).

Siempre que me pongo a ver una película de los hermanos Coen lo hago con las expectativas de que voy a ver una gran película y la mayor parte de las ocasiones acabo con la sensación de decepción, con Barton Fink no ha sido diferente la experiencia. A ver, en las dos horas de metraje hay sobradas muestras de que tras ella hay dos grandes cineastas: mucho plano imposible, movimiento de cámara con significado, una ambientación y atmósfera opresivas, mucho retrato de personaje, referencias a otros directores... pero me ha faltado lo realmente importante: que me cuenten una historia, sobre todo que me la cuenten sin dejar cabos sueltos, que en realidad son todos aquellos que hacen que el largometraje mantenga el interés (el papel de la pared que se despega, el retrato de la mujer en la pared, el interior de la caja) porque la trama principal resulta tediosa y solo despierta cuando llega su tercio final, con un giro dramático que parece pertenecer a otra película que hasta entonces no hemos visto. Haciendo una comparación fácil, diré que Barton Fink comparte rasgos con la posterior Carretera Perdida cambiando la fascinación que produce el film de David Lynch por sopor.

Es una pena, porque la factura técnica y artística de la película es impecable, destacando la dirección artística (el diseño del hotel es aterrador) que es bien captada por la fotografía del habitual de los Coen, Roger Deakins, bien secundada por la música de otro colaborador habitual como es Carter Burwell y el vestuario, que encaja perfectamente con el 1941 que recrea el largometraje. De hecho, en dos de estos apartados (Dirección de Arte y Vestuario) fue nominada al Oscar.

En el reparto pues una serie de interpretes en estado de gracia como es normal en las películas de los Coen, que suelen ser buenos directores de actores, un afectado John Turturro, un grande en todos los sentidos John Goodman (el protagonista de los mejores momentos del film), un hasta este film ignorado por mí como Michael Lerner, nominado al Oscar por su interpretación. A ellos sumarle la aportación en papeles de reparto de John Mahoney, Judy Davis, Tony Shaloub, Jon Polito y un Steve Buscemi en su tónica habitual, sin que ninguno de ellos desentone.

Una obra cumbre de los Coen alabada hasta la extenuación, que a mí me ha parecido sobrevalorada en exceso, pese a que en más de un apartado borda la perfección, pero de nada sirve que el envoltorio sea perfecto si en la historia, más allá de en la idea inicial no encontramos nada que nos enganche a excepción de los misterios que la película deja sin resolver. Misterios sobre los que no he profundizado en la reseña porque hay multitud de otras páginas web, blogs o la misma Wikipedia que dan respuestas, opiniones y simbolismos varios al respecto y que os pueden servir de ayuda (o no). Personalmente, una vez acabo el visionado de una película no me apetece ponerme a buscar el significado de lo que he visto, prefiero quedarme con la sensación que me ha dejado, en el caso de Barton Fink una sensación negativa e incompleta.
David MS
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